Desarrollo municipal, tarea pendiente
Los gobiernos federal y estatal deben, en primera instancia, garantizar las condiciones de seguridad, salud y educación.
Han comenzado los informes del segundo año de la administración de los ayuntamientos.
Los alcaldes están celebrando sesiones públicas de Cabildo para dar a conocer a los ciudadanos las acciones realizadas durante el año. Destacan los apoyos brindados para el traslado de enfermos, medicinas, desayunos escolares, despensas y otras ayudas para subsanar necesidades básicas y urgentes de sus gobernados. Los informes incluyen los servicios públicos brindados y las obras que su gobierno logró gestionar ante el gobierno estatal o federal.
El muy limitado presupuesto asignado a los ayuntamientos es insuficiente y se destina a atender los servicios públicos básicos y los apoyos directos relacionados con la salud, la alimentación y las necesidades de traslado.
En pocas ocasiones los alcaldes logran realizar alguna obra con recursos propios, mucho menos tienen la posibilidad de ser promotores del desarrollo de su comunidad. Los municipios van sobreviviendo con enormes carencias y muy pocas esperanzas de desarrollo real.
El municipio es el eje de la estructura política nacional y es desde el ámbito municipal de donde deben partir las políticas públicas encaminadas al desarrollo integral del país.
Los gobiernos federal y estatal deben, en primera instancia, garantizar las condiciones de seguridad, salud y educación. Pero más allá de cubrir estas necesidades, están obligados a promover el desarrollo integral y el crecimiento equilibrado regional y municipal.
Las políticas públicas, las obras de infraestructura y los programas educativos deben ser el instrumento para desarrollar y detonar la vocación productiva de las regiones y comunidades.
Mientras los programas federales se encuentren desarticulados, y los proyectos que llegan a los municipios estén desvinculados de un programa integral de desarrollo regional, difícilmente podemos esperar que la situación mejore.
Es indispensable y urgente convertir a los ayuntamientos en verdaderos promotores del desarrollo regional y no limitarlos a ser meros proveedores de servicios públicos.