De vergüenza es el papelazo de algunos “comprometidos” con causas más bien ponzoñosas, pretendiendo unos que Ernesto Zedillo fuera procesado bajo la demencial patraña de que “ordenó la matanza de Acteal”, y otros con el sueño guajiro de que la Universidad de Harvard impida que su ex alumno Felipe Calderón tenga en ella una “estancia académica”.

El cargo contra el priista lo hacen desconocidos (se mantienen en el anonimato) “en nombre de”, pero muy probablemente ajenos a las 45 víctimas, en tanto que la grilla contra el panista la empezó un gringo despistado (John Randolph), la siguió un rollero portal (change.org) y de ella se colgó un empresario de medio pelo (Eduardo Cortés).

Ante lo descocado del señalamiento contra Zedillo, el gobierno de Estados Unidos hizo valer su autoridad constitucional para recomendar a una corte federal el otorgamiento de inmunidad, y a la vacilada contra Calderón da puntual respuesta David Ellwood, director de la Harvard Kennedy School…