Devaluación del peso y baja inflación, ¿qué está pasando?

En los últimos 12 meses, el peso mexicano se ha devaluado más de 20% respecto al dólar estadounidense. Nuestros traumas históricos de repente se aparecen. Sabemos que nada bueno sucede cuando el peso se devalúa...

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En los últimos 12 meses, el peso mexicano se ha devaluado más de 20% respecto al dólar estadounidense. Nuestros traumas históricos de repente se aparecen. Sabemos que nada bueno sucede cuando el peso se devalúa. Lo anterior nos remite a las épocas de las crisis económicas ocurridas en los sexenios de Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Salinas y Zedillo.

Relacionamos el debilitamiento de nuestra moneda con una mayor inflación. En la última devaluación abrupta de diciembre de 1994, en el contexto de una economía abriéndose, donde ya era posible adquirir varios productos de importación, recuerdo que la gente abarrotó las tiendas para comprar todo tipo de bienes que no necesitaban. Sabían que esa televisión, refrigerador o coche que estaban adquiriendo pronto costarían mucho más.

Y hoy resulta que, a pesar de una depreciación acumulada de casi 30%, tenemos los índices inflacionarios más bajos de los últimos 40 años: el pasado jueves se dio a conocer que la inflación de mayo fue de 2.6% a tasa anual y a nivel mensual hubo una deflación de 0.45%. Contraste esas cifras con el valor del dólar. En mayo se encareció en 7.0% y en los 12 meses previos la devaluación fue de 20%.

¿Cómo es posible que el valor del dólar crezca y los precios al consumidor bajen en el último mes? ¿O cómo explicar que la devaluación sea 8.7 veces mayor a la inflación en el plazo de un año? 
Desde hace muchos meses esta asimetría es todo un misterio. Es obvio que no necesariamente la inflación debe subir al ritmo al que lo hace la devaluación, pero pareciera que podría subir más. Veamos:

De acuerdo al analista económico Enrique Quintana, las importaciones de bienes de consumo alcanzaron el año pasado 56 mil 279 millones de dólares. Y ese volumen se encarece directamente con el precio de las divisas. Pero además, hay otros 297 mil 253 millones de dólares de bienes intermedios, que son insumos que se incorporan directamente a los productos, por lo que sus costos aumentan.

Un indicador del impacto de las importaciones de bienes puede observarse midiendo su participación en el PIB, que es de 26.1%. Con simple aritmética, observamos que el tipo de cambio promedio de 2015 se incrementó en 19.4 %. El incremento de los costos de las importaciones en términos del PIB es de 5.1 puntos.

En la medida que la inflación no sólo no creció sino que incluso descendió de un año a otro, encontramos que alguien está absorbiendo esos 5.1 puntos adicionales.
Los importadores de bienes de consumo que no han repercutido a los precios finales los mayores costos de importación, sin duda están sacrificando margen. Es probable que la ganancia previa haya sido suficientemente elevada para que aun reduciéndose, no genere pérdidas en las empresas. Uno de los factores que se toma en cuenta en el proceso de fijación de precios es la expectativa de la paridad para los siguientes meses.

Nos queda claro que la economía mexicana no está creciendo al ritmo deseado y llevamos varios años por debajo de nuestro potencial. En este contexto, las recomendaciones de libro de texto para una economía en estas condiciones serían: bajar la tasa de interés, permitir una moneda más débil o implementar una combinación de ambas medidas. 

Debido a lo anterior, la tasa de interés de Banco de México está en mínimos históricos, por lo que una depreciación de la moneda es la medida correcta para impulsar el crecimiento a través de las exportaciones. 

Esto evitará la pérdida de competitividad frente a otros países que también experimentan la devaluación de sus monedas, al tiempo que el mercado se volverá más atractivo para la inversión extranjera, debido a que los salarios en dólares serán baratos. Debemos aprovechar que China ha devaluado muy poco el yuan en el último año (casi 4% en los últimos 12 meses) y ganarle espacios en el mercado estadounidense.

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