El cuadro que presenta la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, es tajante, macizo:
* Este año habrá elecciones en mil 432 municipios de 14 estados.

* Solo en 213 de esos municipios se aplicarán los programas de la Cruzada Nacional contra el Hambre.

* De esos 213, hay que restar 113 municipios que se rigen y eligen por usos y costumbres.

* Por tanto, la convergencia entre la Cruzada y los municipios con elecciones de partidos (PRI, PRD, PAN…) se dará únicamente en 100.

“Y no solo eso”, recalca Rosario Robles. “La cruzada se concentra en las zonas de alta y muy alta marginación de los municipios. Hay municipios, como Ecatepec, donde nos concentraremos en 100 mil habitantes, que son el 5 por ciento de la población total”.

De cualquier forma, le recalco, no te la van a comprar: los críticos de toda la vida machacarán que es un programa electorero, un botín electoral.

—Pues sería verdaderamente terrible que por un asunto de esta naturaleza se denoste un programa para enfrentar el hambre que padecen 7.4 millones de mexicanos —responde.

—Pero ya los conoces.

—Eso ya no está en nosotros. Nosotros lo que vamos a hacer es concretar y documentar la Cruzada Nacional contra el Hambre.

Con esa convicción, Rosario se marchó ayer de San Lázaro, luego de comparecer ante comisiones de diputados. Seguramente dice la verdad.

Pero haga lo que haga, diga lo que diga, los de siempre van a repetir que la cruzada es la nueva forma de repartir cobijas para darle votos al PRI. Y que si este año son pocos municipios, el próximo y el próximo y el próximo serán miles.
¿Alguien lo duda?