Desde hace algunas semanas, varias personas me han comentado que ya es más evidente la autopromoción de los funcionarios. A Nerio Torres ya lo veíamos saludando y tomándose fotos con todo el mundo; ahora también Víctor Caballero ha intensificado su promoción y ha empezado a incluir a su esposa e hijas en diversos eventos. 

Pero, sin duda, quien más ha llamado la atención es Celia Rivas, quien debemos recordar que quería ser diputada y se quedó con la Fiscalía, pero no quita el dedo del renglón para formar parte del Congreso. He escuchado muchos comentarios de que con toda la producción que ahora maneja parece que es otra persona. Va a todos los eventos, sale en todas las fotos y hasta fue vocera de la campaña Tócate Yucatán.

Y mire, seamos honestos, las mujeres somos vanidosas, todas, aunque no lo aceptemos. Si yo tuviera la posibilidad y un puesto como el de ella, quizá tendría un maquillista y peinador que me arreglara a diario, porque una siempre quiere salir bien en las fotos.

El asunto aquí es no descuidar el negocio, el cual por cierto es muy complicado. Nos dice que recibió equipo de cómputo, que el gober visitó las instalaciones de la Fiscalía, que el personal trabaja hasta tarde, que ya tienen nuevo equipo… ¿y los resultados? No es lo mismo leer en la nota roja que capturaron a un delincuente, que escucharlo de la propia fiscal.

Y no estoy diciendo que salga a declarar cada vez que atrapan a algún caco, pero podría hacer reportes continuamente y sustentar el porqué se sigue diciendo que Yucatán es un estado seguro, ese debe ser su tema. Así también mejorará la imagen de su trabajo y no sólo de su persona. 

El otro tema es del transporte y el amparo que interpuso el diputado federal Raúl Paz, ante el aumento de la tarifa.

En primer lugar debo decir que no estoy de acuerdo con esta acción. Se ha contenido tanto tiempo el aumento, que cuando explote nadie lo va a poder parar. Además, pienso que el gobierno debería tener como prioridad el generar condiciones para que haya trabajo para todos, bien remunerados, con los que puedan pagar tarifas apropiadas.

El diputado debería ver la forma de atraer inversión para generar empleo en lugar de solapar el que la gente no pague. Ahora bien, los priistas han criticado mucho este tipo de acciones (recordemos cuando juntaban firmas para eliminar a los diputados plurinominales) por considerarlas como actos de campaña. Si, así como lo lee, los que andan tapando baches y recogiendo basura son los que se quejan.

Para qué nos hacemos, ambos hacen cosas para ganarse la simpatía del electorado. Quejarse porque el otro hace lo mismo que yo es aceptar que lo que estoy haciendo también está mal.

Al final, nuestro trabajo habla por nosotros. ¿Qué dice el de ustedes?