Pocas veces se tiene la oportunidad de leer un libro sobre mitología que sea tan sencillo y ameno como lo es “Dioses mayas. Historias mitológicas del panteón sagrado”, del escritor Roldán Peniche Barrera, cuyo texto fue publicado por Editorial Dante a fines del 2014. 

La claridad con la que está escrito es sin menoscabo de una amplia documentación histórica y literaria, tal y como da cuenta la bibliografía que contiene referencias de investigaciones a cargo de expertos mayistas del orbe.

Tal y como consigna el autor en sus intenciones, “el presente libro no ha sido pensado para los eruditos de la cultura maya. Más bien está destinado al lector profano, vale decir, al público en general, y en especial a los jóvenes, que aspiran a entender un poco de los dioses que integran el Panteón Maya, esa enorme y confusa cosmogonía que posee, sin embargo, la amenidad de la leyenda y del mito, lo épico y lo ceremonial”. 

Luego entonces, no es casualidad que su lectura sea ágil y disfrutable, incluso divertida, pues uno pronto se ve inmerso en los avatares de los dioses mayas, incluidos sus demonios, cuyas aventuras, motivaciones y desenlaces harán las delicias del lector neófito, como lo fue en mi caso.

Debo confesar –no sin cierta vergüenza- mi total ignorancia al respecto. Cuestión imperdonable para los hijos del Mayab y que, lamentablemente, es común entre nuestros contemporáneos. Afortunadamente, esta publicación viene a subsanar ese vacío cultural del que adolecemos muchos de los habitantes de esta península de lajas ardientes. 

Es de reconocer la labor de Peniche Barrera para acercarnos al universo maya mediante su narrativa diáfana, pródiga en recursos lingüísticos aptos para todo público, que sin duda es la impronta personal de todo hombre culto. Podemos rastrear sus afanes de divulgación de la cultura maya en otras publicaciones como “Aventuras de Cazador y Pequeño Tigre” (ICY, 2009), “Mitología Maya” (Dante, 2011) y su amplia novela de reciente publicación “Historia del Héroe y el Demonio del Noveno Infierno” (Sedeculta, 2014).

Próximamente reseñaré esta última, pero, por lo pronto, el libro que ocupa estas líneas me ha servido como una excelente primera introducción al mundo de la divinidad maya, antecedente cuyo bagaje sin duda me será útil para futuras lecturas. Las ilustraciones del artista Juan Ramón Chan son indispensables para ayudar a la febril imaginación del lector. 

Por ello, no exagero al decir que este libro debería encontrarse en el bolsillo de cualquier interesado en asuntos mayas, incluso en las escuelas de educación básica, pues no deja de ser cultura general, máxime si uno presume de ser yucateco y descendiente de Hunab Ku.