Dirección de cultura: cuentas pendientes II
Ya he mencionado que se debe revalorar y rediseñar el Fondo de Apoyo a la Producción Editorial...
Decía la semana pasada que al nuevo director de Cultura del Ayuntamiento de Mérida, el Dr. Felipe Ahumada, se le presenta la oportunidad coyuntural de refrendar programas exitosos y corregir algunos entuertos dejados por su antecesor. Ya he mencionado que se debe revalorar y rediseñar el Fondo de Apoyo a la Producción Editorial y revisar las políticas de la institución que conciben la cultura como meros espectáculos destinados a la masa.
En cambio, la incipiente industria cinematográfica, los productores y cineastas, así como académicos y literatos, no han sido contemplados para la programación que año tras año realiza la institución. En cuanto a cine, si acaso, sólo existen un par de cineforos de la ciudad.
Por otro lado, programas de la administración pasada como Plataforma 01, una herramienta virtual de vinculación artística donde se pretendió proyectar el trabajo de 77 artistas, parte del catálogo impreso -mismo que hasta el momento no he logrado encontrar ni en foto-, probaron ser una alcantarilla de recursos (500,000 pesos otorgados por Conaculta para mantener el portal funcionando apenas un año), ya que hasta el 25 de mayo de 2015 cuando se informó de los resultados, Ana Ceballos, directora de la empresa Aforo Gestión Cultural que coordinó el proyecto, dijo que se logró “vincular a dos compañías de danza y circo, un grupo musical y una compañía de teatro con promotores artísticos del país e incluso una presentación en Francia”.
I&I, agrupación de reggae, fue la que recibió más visitas y el grupo invitado a Francia que tanto se presumió en su momento. Pero cuando consulté con Luis Rivas, su líder, comentó que “no se concretó por falta de recursos propios”. Al preguntarle si aparte de esta oportunidad tuvo otras propuestas como resultado directo de la plataforma fue contundente: “No”. Lo mismo declaró Jerónimo Freymann, vocalista de Malafacha Show, otra de las bandas presentes en la plataforma, que a su parecer “sólo benefició a los gestores que recorrieron el país promocionando nuestro trabajo”.
Esto viene a cuento porque evidencia la falta de continuidad, supervisión y auditoría a los recursos de la Dirección de Cultura, que tanta falta hacen para proyectos de otra índole. Lo mismo ocurre con la exitosa “Noche blanca”, en la que se invirtieron 3 millones para una sola noche de fuegos fatuos y llamaradas de petate. Pero ¿en cuántos redunda realmente?