Discriminación
Cuando existe ignorancia, se generaliza o prejuzga, es fácil generar estereotipos que provocan rechazo, falta de aceptación o crueldad.
Te suplico que por un momento pienses qué es lo más desagradable que alguien podría hacerte alguna vez, lo más humillante, lo que más te causaría enojo. ¿Insultarte? ¿Burlarse de ti, de tu forma de ser, de tu aspecto físico, de tus ideas o creencias?
Ahora imagina que en tu trabajo o actividad de todos los días, aún tratándose de algo que te gusta hacer, algún colega, competidor o cliente decide hacerte eso que tanto te desagrada, pero tienes prohibido quejarte o reaccionar ante ese acto de cualquier manera, ni siquiera pidiendo de forma educada que no lo vuelva a hacer, mucho menos de forma violenta, ¡impensable!, entonces ¿Qué harías?
No es mi intención hacerte pasar un mal rato, lo que realmente deseo es que todos juntos reflexionemos sobre la discriminación, un problema social, un anti valor que desgraciadamente y a pesar de tanto esfuerzo y sacrificio de muchos seres humanos a través de la historia, aún hoy, en pleno siglo XXI, estamos lejos de superar por completo.
Si eres aficionado al rey de los deportes, probablemente hayas escuchado el nombre de Jack Roosevelt Robinson, nieto de un esclavo e hijo menor de un campesino que abandonó a su familia seis meses después de que naciera Jackie, el 31 de enero de 1919. Desde su niñez tuvo que sufrir y convivir de manera cotidiana con la discriminación.
El 15 de abril de 1947 se convirtió en el primer hombre de raza negra en jugar beisbol en las Grandes Ligas con el equipo de los Dodgers de Brooklyn. Su contrato estipulaba que debía soportar sin queja el ambiente hostil al que se enfrentaría, constituyendo todo un desafío para alguien de carácter impulsivo como Robinson. Tuvo que sufrir diariamente y en todo momento epítetos racistas, amenazas de muerte, escupitajos de los receptores, así como lanzamientos directos a su cabeza y piernas por parte de los pitchers de los equipos contrincantes. La gente tiraba gatos negros muertos al campo, algunos de sus compañeros intentaron rebelarse, los Cardenales de San Luis amenazaron con irse a la huelga, pero él siempre mantuvo el control, cumpliendo así cabalmente con lo pactado.
Discriminar es el acto de hacer una distinción en el trato hacia otras personas, que atenta contra su igualdad intrínseca. Quien discrimina, es porque tiene una visión distorsionada de la esencia del hombre, y esto lo hace emitir juicios de valor acerca de un individuo o un grupo de ellos, con base en características secundarias que no son las verdaderamente importantes ni determinantes para definir sus cualidades como ser humano.
Cuando existe ignorancia, se generaliza o prejuzga, es fácil generar estereotipos que provocan rechazo, falta de aceptación, crueldad, o incluso violencia tanto pasiva como activa, que en resumen son manifestaciones de la discriminación, ya sea por raza, género, origen étnico, discapacidad, orientación sexual, lateralidad, embarazo o estado de salud, religión o creencias.
No cabe duda, el tema es complejo. Te invito a que nos sensibilicemos, aprendamos y actuemos, ya que sólo así avanzaremos.