La dizque 'cumbre'

Esa famosa 'reunión' ambiental nada más sirvió para que el mandatario francés y anfitrión, Francois Hollande, recurriera al apoyo moral y, sobre todo, militar de las grandes potencias con armamentos.

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Hay varias maneras de perder el tiempo, y una de ellas es la que utilizan los políticos dizque de talla internacional cuando se reúnen en también dizque “cumbres” para tratar lo que debería ser sumamente importante para los miles de millones de habitantes de este planeta tierra, tan opacado por cientos de calamidades que lo hacen parecer más viejo de lo que ya es. El comentario viene al caso por la famosa “cumbre” del medio ambiente, o como quiera llamarse, pomposamente le dicen COP21, que durante dos o tres días se celebró en Francia, legendario país donde los terroristas del Estado Islámico (EI) hicieron de las suyas, también de manera reciente, para acabar matando a 130 personas e hiriendo a casi 300 en diversos atentados, casi de manera simultánea.

En esa famosa reunión parisina, más vigilada que la misma Elba Esther Gordillo, la presidiaria ex líder magisterial de México -y que siempre sacó “10” en las materias “Transa I, II y III”-, se reunieron casi 200 líderes mundiales y se pusieron a debatir sobre el medio ambiente, el clima, el bióxido y monóxido de carbono, los contaminantes, las energías aprovechables y las desaprovechables, el agua contaminada, los rayos ultravioleta, la capa de ozono venida a menos y cosas por el estilo. La neta que esos temas serían de mucho respeto y análisis, pero, lamentablemente, todo queda y quedó para el lucimiento personal de los altos mandos, entre ellos Barack Obama, de los Estados Unidos, además de otros como el presidente de México, Enrique Peña Nieto.

Hay que ser sinceros, esa famosa “cumbre” ambiental nada más sirvió para que el mandatario francés y anfitrión, Francois (o sea, Francisco) Hollande, recurriera al apoyo moral y, sobre todo, militar de las grandes potencias con armamentos que le daría envidia hasta a los propios combatientes de “La Guerra de las Galaxias” (pero no a los narcos mexicanos que poseen, según informes de los espías gringos, hasta “tirahules atómicos”).

En efecto, no está nada mal que solicitara auxilio, sobre todo después que le apedrearon el rancho, como dirían los más sarcásticos mexicanos. Sin embargo, el asunto no se trata de ver quién tiene el rifle más grande y beligerante; el caso era tratar asuntos relacionados con el medio ambiente mundial, tratar de ver qué onda con el sobrecalentamiento global y si el fenómeno de “El Niño” ya está en etapa de adolescente o de adulto.

PRIMERA CAIDA.- En términos generales, la “cumbre” del medio ambiente nada más sirvió para que los mandamases se tomaran la ridícula foto del recuerdo, aquella en donde todos levantan sus manitas como diciendo adiós. Ay, qué lindo (y cursi).

SEGUNDA CAIDA.- Nadie dijo nada y cero reclamos a los jefes de Estados Unidos y China, las dos naciones más contaminantes del mundo, y eso que hace un par de años habían prometido reducir la mugre con que riegan el planeta.

TERCERA CAIDA.- Y México, ¿qué onda? Pues nada. Peña Nieto saludando y echando rollos. Qué flojera.

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