Las afectaciones que ha tenido la devaluación del dólar son diferentes en los estados de la Península, los efectos están relacionados con sus vocaciones económicas. Todas las variables que impactan al dólar están mal.

1) Los ingresos petroleros han disminuido, de 101 dólares el barril en febrero de 2014 a 34 dólares en agosto de 2015.

2) Las inversiones extranjeras en bancos y bolsa han bajado, están saliendo capitales,  porque sabían que México iba a tener menos ingresos petroleros y la bolsa y la economía no iban a subir, por ello  se fueron a Estados Unidos.

3) La economía de Estados Unidos está mejorando pero lentamente, las exportaciones no petroleras han subido muy poco.

A Quintana Roo le viene perfecto, los hoteles están en jauja y eso representa una derrama inclusive para Yucatán, ya que los insumos de los hoteles se surten de aquí; en Mérida el impacto es mixto, los exportadores de pescado, miel y maquilas estarán bien, pero el sector construcción vendrá muy mal en 2016; los presupuestos públicos vendrán recortados, así como los programas federales. Campeche tiene una gran producción agroalimentaria y sólo le afecta la inflación, pero en Carmen el panorama es desolador, hay cientos de despidos de empresas extranjeras y de Pemex.

Muchísimos productos manufacturados están indizados al dólar; espero una fuerte alza de precios en el último trimestre del año en autos, enseres domésticos, madera, aluminio. Los alimentos en menor medida, aunque el principal insumo de la industria de cerdo y pollo  es el grano  importado y sus precios también subirán.

Decir que el presidente tiene la culpa es equivocado, las devaluaciones han ocurrido en casi todos los países en relación con el dólar, pero los países ricos no son ni los industrializados, ni los abundantes en recursos naturales, sino los que tienen:

1) soberanía alimentaria, que México ha perdido desde el tratado de libre comercio; es decir, que sea autosuficiente en maíz, trigo, arroz y frijol;

2) que el país tenga superávit fiscal; es decir, que sus ingresos públicos superen sus gastos, pues así crean el ahorro interno para que las salidas de capitales no afecten al crédito y den certeza  a los empresarios.

Este escenario México lo vivió hace muchos años con una estabilidad y mercado interno fuertes. Se perdieron porque los subsidios americanos a los granos hicieron que México los terminara importando y el superávit fiscal se perdió porque se pidió prestado para gastar más en “infraestructura” que hizo que las empresas grandes mejoraran pero que nunca le llegó a las pequeñas empresas.