'Dólares de Arena', contemplativa pero intensa
La cinta, coproducción entre República Dominicana, Argentina y México, permite observar un ángulo peculiar de la prostitución.
Una cinta lenta no necesariamente es aburrida, ni en extremo conceptual, como mucha gente –que no ha tenido la dicha de envolverse en una trama de este tipo– piensa. Este es precisamente el caso de “Dólares de Arena”, la película de los realizadores Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas, cuyo argumento le permitirá observar un ángulo peculiar de la prostitución en República Dominicana.
Pero no dejé que la palabra prostitución orille su pensamiento al sendero de la sexualidad desenfrenada, las drogas o algún otro aspecto del que relacionamos casi por default cuando leemos ese término. El filme en realidad es una mezcla de cine contemplativo, ese que cuenta los detalles visuales y discursivos con calma y pequeñas crestas de tensión emocional bien llevadas.
Es cierto que tarda un poco en romper el ritmo del filme, sin embargo, el trabajo histriónico de la genial Geraldine Chaplin interpretando a la solitaria turista francesa Anne quien, inmersa en un devastador abandono emocional, recurre a los servicios de la joven Noelí, personificada por Yanet Mojica, que es una bella nativa que busca ganarse la vida ofreciendo afecto a cambio de recursos económicos a los turistas.
Es evidente que el filme, coproducción entre República Dominicana, Argentina y México, habla de una relación homosexual pagada, aunque la pericia de los directores se ve reflejada en la forma en que se asume el tema, sin exaltaciones ni señalamientos, más bien buscando el lado más neutral y objetivo posible –consideran que la objetividad es una utopía.
El trabajo de análisis económico que realizan los directores, poniendo en evidencia las grandes diferencias tanto culturales con financieras entre los dos mundos que intervienen en el filme, es un detalle más que seguramente le resultará de gran interés y que además es plausible por el tono ecuánime con el que se realiza.
El trabajo de fotografía, en muchos momentos es con cámara al hombro, apropiándose de los procesos documentales para conseguir resultados más realistas en pantalla. Los planos subacuáticos son simplemente un deleite.
Una cinta recomendable que no debe perderse pues a partir de este fin de semana llega a las carteleras mexicanas, aunque para desgracia de muchos, no invadirá las salas de todo el país, así que en algunos lugares habrá que esperarla un poco.
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Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad de cine, así que no deje de asistir a su sala favorita.
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