¿Dónde quedaron los burócratas en pants del 20 de noviembre?

Como sea, de qué sirve que haya regresado el PRI al poder si no festeja como se debe a la revolución institucionalizada.

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¡Qué nostalgia de esas conmemoraciones del Día de la Revolución, pero no democrática, de mi infancia! Organizados los festejos con toda puntualidad y cariño, siempre encantadores, rigurosos, amarrados a un sentir ideológico regido por el tlatoani en turno, que nos regalaron durante años la idílica imagen de burócratas mofletudos en pants tricolores pergeñando asimétricas pero convexas tablas gimnásticas en el mero Zócalo de mis recuerdos. 

Tiempos en que la histórica plancha solo era usufructuada por el Ejército y la CTM, y no como ahora por todos los grupúsculos a los que nada les parece ni saben valorar las espléndidas y humanistas reformas peñistas. O sea, cuando mucho se le debe permitir el acceso a los mítines del PRD de Los Chuchos en éxtasis, una izquierda morigerada, obediente y very nice.

Lástima que Marchelo Ebrard ponga el mal ejemplo y se niegue a dimitir a favor del ingeniero Cárdenas en la lucha por la presidencia del partido.

¡Qué morriña de esas celebraciones del PRIcámbrico temprano, todo uniformidad, unidad y unicidad construida con la muchedumbre de acarreados! Nada que ver con estos actos improvisados que vimos ayer, que tuvieron el mismo nivel de inspiración que las contrataciones de los Pumas. O sea, a juzgar por la cantidad de viejos valores Bacardí que trajeron al equipo, en una de esas reclutan al Gonini Vázquez Ayala, a Cabinho y a Leo Cuéllar. 

Como sea, de qué sirve que haya regresado el PRI al poder si no festeja como se debe a la revolución institucionalizada, con un gran espectáculo que tendría que haber incluido la resucitación del Coloso del Bicentenario. Digo, siquiera se hubieran inventado un homenaje a Oribe Peralta para que hubiera un aire civil. 

Lo bueno que en el mismo día, quizá como un acto revolucionario, se resolvió a través del TFJFA, resarcir a las indígenas Alberta Alcántara y Teresa González, acusadas de haber secuestrado ellas solitas a media docena de federales. Solo espero que su idea de resarcimiento no sea que ambas tengan derecho a desalojar a los de la CNTE en su nueva intentona de ampliar su plantón. 

Por lo pronto, que nadie pise el recuerdo de los burócratas de pants del 20 de noviembre, menos los que quieren tener un hijo del Piojo Herrera. 

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