Dos señores periodistas
En días sucesivos recordamos a dos periodistas que hicieron época en la crónica deportiva, don Eduardo Amer González y don Delmer Peraza Pacheco...
En días sucesivos –sábado 19 y domingo 20- recordamos a dos periodistas que hicieron época en la crónica deportiva, ambos, y también en otras facetas del periodismo y la docencia, uno: don Eduardo Amer González y don Delmer Peraza Pacheco.
De don Eduardo Amer –entronizado, como se dice en la jerga de este tipo de instituciones, al Salón de la Fama del Deporte Yucateco- se tiene que recordar que su programa “Cita en el ring” se transmitió durante 35 años –al principio los martes y después los sábados- en la televisora del grupo Sipse, de su amigo de la infancia don Andrés García Lavín (modelista igual que Amer), y su paso como colaborador del periódico Novedades de Yucatán. “Cita en el ring”, un fenómeno de la televisión mexicana por su duración, terminó el sábado 5 de marzo de 2005. Hasta hoy, en México al menos, creo que don Eduardo mantiene el récord.
Yo conocí a don Eduardo porque un tiempo hice crónica de boxeo y beisbol y lo veía en los foros donde estos deportes se realizaban y porque seguido lo saludaba cerca de la Plaza Grande (no en el extinto bar el Buffete, conste). Lo que puedo decir de él, aparte la admiración que como cronista y estudioso del deporte le profesaba, es que fue un caballero amable y cordial. Muy justo que tenga un nicho en el recinto de los inmortales.
A don Delmer Peraza, que ayer hubiera cumplido 80 años, según nos recordó su hijo Delmer, lo conocí porque trabajamos muchos años en un periódico de cuyo nombre no quiero acordarme, y con el trato cotidiano hicimos una amistad que duró hasta que el maestro Peraza exhaló el último aliento. Cronista también de boxeo y beisbol, líder en la redacción, atento y afable –excepto cuando alguna barrabasada de reportero o redactor le colmaba la paciencia, lo cual ocurrió muy pocas veces-, buena parte de la carrera periodística del profesor Peraza Pacheco –sandieguista orgulloso- la hizo en Novedades de Yucatán, y todavía se le recuerda aquí con cariño y admiración. Durante muchos años jugamos don Delmer y yo una “vaquita” de la Lotería y nunca (yo ni ahora) nos sacamos nada. “Alguno de los dos está más salado que las nalgas de un pescador”, decía el maestro. Creo que yo.
Felicidades a ambos, donde quiera que estén. Son un ejemplo. Felicidades también a quienes promueven y apoyan la iniciativa de reconocer a los grandes.