Dragon Mart: argumenten mejor "please"
Dragon Mart amenaza a muchos empresarios mexicanos que piensan que vendrá a robarles oportunidades.
Si a un mexicano le preguntan a botepronto si le parece bien que 10 mil chinos vengan a tomar plazas de trabajo para llevarse proyectos de manufactura y comercio a su país de origen es evidente que la respuesta rápida es no. A cualquiera, por amor a la patria, nos parecería mejor que esos empleos los tengan los mexicanos en nuestro propio territorio.
Pero se requiere más que amor a la patria para descalificar un proyecto como Dragon Mart, que está siendo muy polémico porque amenaza a muchos empresarios mexicanos que piensan que vendrá a robarles oportunidades.
Los argumentos de los empresarios que quieren echar para atrás Dragon Mart son demasiado simplones. La Canacintra dijo que los productos chinos son de “baja calidad”. Yo estoy escribiendo este artículo en una computadora Dell hecha en China que no me ha dado ninguna falla. Volteo a ver mi iPhone, y también está hecho en China. Tampoco falla. ¿Mala calidad?
También dicen los empresarios mexicanos que los chinos pretenden manufacturar en barcos. ¿Qué tiene eso de malo? ¿Qué ley dice que se tiene que manufacturar en tierra firme? Más aún, señalan que vendrán a México productos que no cumplen con normatividad en materia de salud. Y yo me pregunto, ¿cuál es el problema?, si lo que no cumple la normatividad no se vende en México. ¿O quieren decir que sí? La acusación contra los chinos en esta materia implica que la autoridad sanitaria y normativa es cómplice y no está haciendo su trabajo. Y todos sabemos que eso no es cierto.
Este tema ha escalado mucho. El director general o cara visible de Dragon Mart es Juan Carlos López, quien dice contar con los permisos. Si es así, el proyecto debe seguir adelante. Y si no, que alguien pruebe a quién se corrompió para obtenerlos. En cualquier caso, López debe mostrarlos y todos deberíamos aceptar que sí fueron otorgados legal y legítimamente, el proyecto debe ir adelante, incluso por encima de nuestros prejuicios.
Ahora hasta legisladores están opinando. Incluso hay un punto de acuerdo en la Cámara de Diputados para frenar el proyecto. Es una pena que con argumentos tan baratos demos al traste con la inversión. Que se frene, sí, pero que se argumente con solidez y sustento.