¿Dueños del país?

Aquí tenemos que tolerar a tantos reyezuelos, como políticos camarales y ex camarales y los que están esperando su mayoría de edad para ocupar su curul, herencia de papá, tío o padrino.

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Como dice el dicho: “Niño que no llora, no mama”. ¿Es necesario que proteste todo un pueblo para ser escuchado y obtenga una casa? O, como comentó acertadamente mi admirada colega Evelyn Mendoza, ¿necesitamos otra Fuenteovejuna? ¿Una en cada estado de la República?

Vemos pasivamente cómo somos despojados de nuestra economía, tierras y hasta de nuestra identidad. No puedo criticar al despojado que, ante una necesidad tan básica como el alimento, compromete una propiedad que ni siquiera es suya, porque pertenece a un colectivo y  le fue dada para que la trabaje y se sustente. Me dirijo al acaparador, que adquiere con subterfugios una propiedad que no es vendible y la convierte, con autoridades venales, en vendible, consumando el despojo. ¿Hasta dónde llegaremos, hasta cuándo entenderemos que el dinero no se come,  puede comprar medicinas, pero no la salud?

¿En qué están pensando los equivocados que se sienten dueños del territorio nacional, al grado de ejercer el derecho de heredarlo a sus descendientes y amigos, como si tuvieran título de propiedad?

Si nuestro país fuera un reino, sólo tendríamos que soportar los tratos, justos o no, de una familia, pero aquí tenemos que tolerar a tantos reyezuelos, como políticos camarales y ex camarales y los que están esperando su mayoría  de edad para ocupar su curul, herencia de papá,  tío o  padrino, pensando que los estados de la República son territorios con nombre del estado pero con sus apellidos y pueden, por lo tanto, cederlo a sus delfines. En un reino esto sucede una sola vez, pero en México sucede cada 6 años.

ENTRE OTRAS COSAS, entérese que en el IMSS hay personas que saben que sus puestos son para servir, con respeto y eficiencia, no para maltratar. Me refiero al Dr. Manuel Villanueva, coordinador médico, y Raynuri Rodríguez y especialmente Beatriz Quiñones Reyes, del turno vespertino en la Clínica de la Ceiba.

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