Ebrard y sus broncas con la izquierda
La historia electoral del sol azteca de 1997 para acá es bastante clara: están los votos del PRD y los votos de Andrés Manuel López Obrador.
La única medición que importa sobre lo que sucedió el domingo y que muy seguramente resultará en la presidencia de Carlos Navarrete en el Partido de la Revolución Democrática es la cantidad de votos que el sol azteca logre en junio del próximo año en las elecciones intermedias, las primeras de su historia en que tendrá, en la izquierda, un rival de cuidado: Morena.
El resto es secundario.
Y la historia electoral del sol azteca de 1997 para acá es bastante clara: están los votos del PRD y los votos de Andrés Manuel López Obrador.
Esta es la historia de las intermedias en votación para diputados de mayoría:
1997: 7,436,466. (AMLO presidente del PRD y Cuauhtémoc Cárdenas en la boleta).
2003: 4,694,395.
2009: 4,217,785 (AMLO, formalmente aún en el PRD, apareció en el material de campaña de PT, que sacó 1, 234,497 votos).
El único capaz de triplicar esos cuatro millones y pico de votos para competir en serio en una presidencial ha sido AMLO. Eso no quiere decir que él solo valga 8 millones de votos, pero con el PRD los ha valido. Tampoco quiere decir que Morena sea el depositario automático de votos amloistas en votaciones intermedias, pero un Peje en campaña vale oro.
Marcelo Ebrard, el muy bien calificado ex jefe de Gobierno del Distrito Federal, ha tomado una serie de decisiones en los últimos años que lo tienen contra las cuerdas. Una más y podría enterrar su carrera política. Decidió no pelear por la candidatura del PRD cuando una lectura de aquellas encuestas lo hubiera permitido; por razones nunca explicadas decidió no ser senador, o al menos diputado, lo que le hubiera permitido tener una plataforma desde donde plantear su agenda y seguir vivo en los medios; decidió después hacerse la víctima en el asunto de la Línea 12 y hablar a través de otros para defenderse, lo que no ayuda en su relación con Miguel Ángel Mancera, y se ha peleado con Los Chuchos, quienes hace muchos años controlan la estructura del partido. Y esa estructura demostró —“haiga sido como haiga sido”— su potencia el domingo.
Así que vamos a suponer que el PRD, éste de Los Chuchos, logra en junio alrededor de 4 millones y medio de votos. Los de siempre. Sin AMLO, ¿quién puede triplicar esa cifra en tres años? Tal vez Mancera. Pocos más.
Creo que Ebrard, pero antes tiene que dejar de pelearse con su partido y con su propio futuro.
Twitter: @puigcarlos