Si alguien se tomara el tiempo para recorrer algunas colonias de Chetumal, poniendo especial atención en las casas que se venden o rentan, se llevaría una buena sorpresa, porque son muchas las viviendas que están en esas condiciones, debido a la grave situación económica del sur de Quintana Roo.

No es incluso necesario darse la vuelta por muchas zonas de la capital del Estado, basta con hacerlo en la colonia donde uno vive y platicar un momento con la gente que vende o renta su casa, para entender que los chetumaleños la estamos pasando muy mal y no se ve cómo pueden cambiar las cosas en los siguientes años.

El robo a casas-habitación y a personas que transitan en la calle, se ha incrementado también de manera preocupante, según información de las propias autoridades policiacas del ayuntamiento de Othón P. Blanco.

En lugares considerados muy seguros de nuestra ciudad, como el Bulevar Bahía, han ocurrido asaltos a plena luz del día, lo que debería encender las alarmas entre las autoridades de gobierno, para impulsar estrategias que inhiban la comisión de este tipo de delitos.

No estamos hablando de un asunto menor, pero ninguna autoridad se atreverá a admitir que muchos de los delitos patrimoniales son ocasionados por la falta de empleo y a que un buen número de personas que hasta hace unos meses contaban con uno, ahora no lo tienen.

La grave situación económica del sur de Quintana Roo parece no tener una salida a mediano plazo, y eso significa que posiblemente los problemas sociales se incrementen, razón por la cual es importante que cada uno de los ciudadanos de Chetumal tomemos nuestras precauciones necesarias.

Es triste que en una ciudad donde hasta hace unos años se respirara tranquilidad, ahora haya que ser precavidos en determinados lugares y a determinadas horas del día, para evitar ser víctimas de la delincuencia.

Recordemos que el ex presidente municipal y ex delegado del ISSSTE, Diego Rojas Zapata, fue víctima de la delincuencia hace algunos meses, cuando los hampones ingresaron a su negocio en un centro comercial venido a menos, apoderándose de prendas femeninas de valor significativo.

El atraco ocurrió en  una de las zonas principales de Chetumal, donde predominan establecimientos comerciales y en apariencia la vigilancia está garantizada. Pero no ocurrió así, y el golpe fue fulminante y exitoso.

Zarpazos delictivos similares han ocurrido en otras zonas de Chetumal, sin que los delincuentes sean capturados.

Las señales están ahí, y hay que pasar a la acción antes de que sea demasiado tarde. Porque el sur del estado se debe mantener lejos de la órbita de la delincuencia en gran escala, esa que golpea en otras latitudes, arrebatando la tranquilidad a tantos.