Educación para el turismo sustentable

Esta semana se cierran las actividades académicas en la mayoría de las escuelas de educación superior...

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Esta semana se cierran las actividades académicas en la mayoría de las escuelas de educación superior que hay en Quintana Roo; debo confesar que cada cierre de semestre me lleva a una reflexión sobre la labor que los docentes hacemos para informar, pero sobre todo formar, a los futuros profesionales del turismo, y también en la labor que ellos realizarán una vez que se integren en el mercado laboral.

En materia de turismo sustentable, en los últimos años ha habido un avance importante en la educación formal en Quintana Roo: la creación de licenciaturas y maestrías especializadas en el tema, además de programas de especialización, nos dan una idea de que estamos siguiendo las tendencias en materia de turismo. Probablemente falte mucho trabajo por hacer, pero al menos ha habido respuesta a estas necesidades del mercado.

Pero hoy no quisiera hablar de este tipo de educación, que se conoce como ecuación formal, sino de otras estrategias educativas relacionadas a la educación no formal (aquella que aunque lleva cierta metodología no conlleva grados académicos) y la informal (aquella recibida fuera de las instituciones educativas tradicionales).

Y me refiero a estos temas porque, desde mi punto de vista, en materia de turismo sustentable, son temas que no se han abordado como se debieran. Si bien es cierto la especialización formal siempre es importante, en materia de turismo sustentable, donde se aprenden prácticas, casos de éxito, se comparten experiencias, no hay mejor manera de aprender que viviendo la sustentabilidad.

En los años que llevo viviendo en Quintana Roo, mi principal fuente de aprendizaje no ha sido mis estudios en la materia, no han sido los cursos que he tomado, ni tampoco los libros que he leído (aunque las anteriores han sido muy importantes), por el contrario, mi participación en foros, la visita a conocer las buenas prácticas de hoteles, el compartir con la gente que vive y opera turismo en áreas naturales protegidas y el involucramiento en procesos de trabajo con expertos en la materia,  me han enseñado mucho más que la educación formal.

Y digo que probablemente la educación no formal e informal en el turismo es un proceso que no se ha aprovechado como se debiera, porque es muy difícil encontrar en este destino a una organización que se encargue precisamente de hacer esta vinculación, estructurada, continua y con objetivos puntuales, de las prácticas de sustentabilidad de las organizaciones.

Así como en otros sectores hay organizaciones y asociaciones que se dedican precisamente a compartir en foros, visitas, eventos, reuniones otros temas importantes, en materia de turismo sustentable no hay muchas opciones en ese sentido.

Imagínese que usted trabaja en un hotel o una cadena hotelera en Cancún o Riviera Maya, y tiene un problema con la gestión de sus residuos sólidos, o con la invasión de fauna feral a las instalaciones de su hotel. ¿Usted cree que es el único que tiene ese problema? Le puedo asegurar que no; y seguramente, en los más de 562 hoteles que hay en estos dos destinos, alguien ya ha intentado o ya resolvió el problema. ¿No sería más fácil visitarlo y aprender de sus aciertos o errores en la resolución de estos conflictos?

Los invito a reflexionar en este tema, y a empezar a unir esfuerzos en materia de compartir las prácticas ambientales de las empresas en las que trabajamos o con las que colaboramos.

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