El efecto Trump y la Península de Yucatán

En la Península de Yucatán tanto empresarios como políticos deben defender los negocios locales no sólo con compras sino con un análisis sobre las inversiones.

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No cabe duda que el efecto Trump afecta a la economía mundial; los inversionistas están vendiendo acciones y manteniendo el efectivo, esperando qué va a pasar con la elección en Estados Unidos. De México están saliendo capitales y peor aún los recortes dan menos liquidez a la economía, pero nuestro país se divide en dos zonas económicas: el norte desarrollado y el sur subdesarrollado.

En las estadísticas nacionales vemos en el sur salarios más bajos que la media y en el norte más altos, en el sur buenos índices de empleo pero una clase media chica y mucha pobreza.Las causas son las actividades económicas rurales, servicios financieros pobres, falta de bancos locales y de una intervención de los gobiernos municipales y estatales en productos de apoyo a personas físicas con minipréstamos y con grandes proyectos de construcción de obra pública.

No todas las ciudades son iguales; por ejemplo en Mérida los comercios especializados salieron para competir con las grandes cadenas y las empresas locales de electrodomésticos están asociándose con bancos pequeños para dar meses sin intereses y competir con las de carísimos abonos chiquitos. En otras ciudades no ha habido esfuerzos ni del gobierno, ni de sus legisladores, ni de los propios empresarios, para enfrentarse a la competencia y están viendo cómo lentamente los negocios locales van a la quiebra.

Trump se queja de que los empleos se pierden en EU por el Tratado de Libre Comercio y desgraciadamente los números del déficit están apoyándolo, pero en México le va bien a las empresas exportadoras y bancos, aunque a las clases medias y productores agropecuarios no. El tema es que el discurso  de la economía local está en la campaña; impuestos arancelarios y otras herramientas que un gobierno tiene para defender la economía local vendrán con o sin Trump. 

En la Península de Yucatán tanto empresarios como políticos deben defender los negocios locales no sólo con compras sino con un análisis serio sobre el costo-beneficio social de cada una de las inversiones. 

Necesitamos la inversión extranjera sí, pero con productos e insumos y sobre todo condiciones económicas justas para todo el mercado. 

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