El amor a la melomanía… el cuarteto
Intrínseco, arrebatado, dulce, sensual, alegre y excitable, cualquier tipo de emoción se potencializa con música...
Intrínseco, arrebatado, dulce, sensual, alegre y excitable, cualquier tipo de emoción se potencializa con música, desde la intensidad que produce un cruel deseo de compañía simplemente para compartir preciados sentimientos, hasta la pasión secreta entre la enajenación del beso o el explosivo júbilo del gambeteo, cosas que no se dicen, expresiones que sólo se transmiten, sí, con lírica. Notas que aparecen en la creatividad del corazón entre los marfiles de un piano, estremecimientos de alguna guitarra, conmoción en los vientos del saxofón, etcétera. Así, intangible, místico y con volubles armonías en lo que lo vuelve un arte; muchas veces el tocar una partitura es como rosar la piel de una musa expuesta sin ajuar alguno, es acariciar los ecos con eso que llaman… amor.
Apreciemos, mis estimados homoespacieros el groove tropical de Los músicos de José, el rock acuático de Pez Diablo, el rockabilly marciano de The Grises y el picoso sabor de la salsa sincopada de Chilangos en la Habana, en este artículo sobre el amor a la melomanía.
Los Músicos de José y su cálido groove
En las calles de Nueva Orleans es donde nace a finales de la década cincuentera y mediados de la sesentera, del siglo pasado, el funk. En nuestra nación -tiempo después- uno de los personajes que experimenta un poco con este estilo musical es Dámaso Pérez Prado o mejor conocido como “La foca”, con el álbum I love Napoli (1972), bajo la firma de Gulp! Los 11 temas de este disco mezclan el mambo con funk y jazz latino, rareza dentro de la melódica afroamericana entrelazada con tropicales trompetas.
Sucede que un tal “José” -que no pertenece a la banda- es el personaje que asistía a las primeras presentaciones de éstos músicos funkeros, jazzeros e hip-hoperos con sazón latino en el año 1997, al cual -en broma- mencionaban que eran “Los músicos de José”, y que por arlequines se quedaron con este título, ya que los expectantes los ubicaban con éste personaje. En sus inicios, las tertulias juveniles se organizaban en casas de amigos y otros rincones de la capital mexicana, en las cuales la banda reproducía su música para seducir a las chicas que con agrado asistían a los cortejos funky. Algunos aficionados afirman que “estas fiestas se ponían muy bien”, específicamente por esos acercamientos entre estudiantes de preparatoria y recién ingresadas a los conocimientos universitarios.
El primer disco de “Los músicos de José” se realiza en el año 2005 con el título homónimo a la banda. En 2008 crean Chicotito Groove. Para 2011 lanzan Different Sounds (remixes) y su última discografía es Quasianimal -en 2012- con puro instinto groovero. Esto les ha permitido pisar escenarios en Nueva York, Baja California Sur, Veracruz, Sonora, Chihuahua y han participado en el Festival Vive Latino de la Ciudad de México, en su edición 2007 y 2010.
-Recomiéndenos algo: “Cayetano”, de Pérez Prado. http://youtu.be/y7NrnHsanhU
-Entre las historias de la banda…
“En 2008 fuimos a Nueva York a participar en el festival Celebrate Mexico Now con motivo del aniversario de la Independencia y el show dentro del legendario club de jazz “Joes Pub”, en Manhattan, fue muy bueno. En esta presentación conocimos a dos reporteras que venían de la revista People en español a las cuales les había gustado muchísimo la banda y nos querían hacer una entrevista, y la agendamos para el día siguiente en un edificio donde se encontraban las oficinas de esa publicación. Nos presentamos a nuestra cita y a la hora del encuentro empezó a haber mucho movimiento en todo el edificio, así como en los alrededores, porque resulta que en ese instante fue cuando se declararon en bancarrota todas estas casas de bolsa y empresas, que dio lugar a toda la crisis financiera en Estados Unidos y el mundo. El epicentro fue justamente en Nueva York, en los edificios que nos rodeaban en ese momento. La reportera que nos hacia la entrevista sabía que no era normal el tremendo alboroto que estaba ocurriendo. ¡Para suertecita! jajaja”.
http://www.losmusicosdejose.com.mx/
Pez Diablo… rock bajo el agua
El rock electrónico tomó popularidad en los años setenta, aunque sus inicios fueron en la década de los cincuenta, cuando bandas como The Doors e incluso The Beatles comenzaban a utilizar los sintetizadores de primera generación, pero al llegar a los setenta Pink Floyd hacia uso de caja de ritmos y samplers con la guitarra eléctrica, el bajo y la batería. En la actualidad es común ver fusiones con la música electrónica entre algunas bandas de rock que gustan de los sonidos producidos por estos instrumentos.
Electrizantes beats son los que reproducen Alfredo Luna (voz y guitarras), Omar Morales (bajo), Tito Rivas (teclados y programación) y Alex Miranda (batería y percusiones electrónicas) con un paisaje sonoro con vista al mar del rock.
La banda inicia en 2005 como un experimento entre géneros como el blues, algo de psicodelia y las descargas del electrorock. Su nombre proviene de la acuática mantarraya guitarra, que es extraída del mar por los pescadores de las costas del Pacífico y con su cuerpo elaboran un amuleto para obtener una buena pesca que suelen colocar en la entrada de las casas. La filosofía de ser entes libres, pero dominados por el demonio que se posiciona del ser con esas seducciones que ofrece nuestra metrópoli del deseo, se ve reflejado en su EP homónimo lanzado en el 2012, que ofrece seis tracks para todos aquellos que quieran echarse un clavado al rock alternativo, fresco y tentador. Estos peces electrizados se han presentado en TV Azteca, Canal 28, Milenio TV, W Radio, IMER, Ibero 90.9, Radio UNAM y participaron en el Festival Vive Latino 2013.
-¿Alguna canción que les guste?
The Beatles: “Tomorrow Never Knows”. http://youtu.be/7xL1ffMlzKY
-Un relato… endiablado
“En 2004 entramos a una cantina del centro (de la Ciudad de México) a tomar un trago. Era temprano y no había más que un par de señores ya muy entrados, poniendo canciones de los Ángeles Azules en la rockola. Nos sentamos y pedimos lo que tomábamos en ese entonces: Bombay con agua tónica. El trago se convirtió en tres y fue cuando nos percatamos que había otro cliente más sentado cerca de la barra. Un tipo de aspecto descuidado pero elegante, barba enrarecida, sombrero y chaleco gris. Un conflicto en la rockola nos hizo coincidir, sin darnos cuenta estábamos platicando y bebiendo juntos -al parecer era gringo-, su nombre era John, John Key. Como hacía mucho calor se evaporó la botella y la volvimos a llenar en el que era nuestro estudio, en la calle de Tabaqueros, casi esquina con Uruguay. Ahí supimos que John Key era músico también y una cosa llevó a la otra; a las dos horas ya estábamos tocando juntos. Esa noche endiablada compusimos e improvisamos como locos. Algo traía este John Key que fue como si destapara un gas y todos nos intoxicamos con él. Grabamos la sesión y terminamos tirados, delirando con cigarrillos y otras cosas. A la mañana siguiente cuando despertamos, John Key se había ido. No volvimos a verle, ni a saber de él. Fue tal la música que nos dejó, que le pusimos en su honor el nombre a la banda –en sus inicios-: The John Key band (junkie band, para los no legos). Cuando dos años después nos cambiamos de apartamento y de estudio, al levantar el sofá en el que esa noche durmió Key, encontramos una extraña figura que emitía un olor extraño. Alargada y seca simulaba la figura de un demonio con un cuerpo acuático, de cola semejante a la de una mantarraya. Ya después alguien nos dijo que en efecto se trataba de un pez; de un pez diablo…”
https://www.facebook.com/pages/Pez-Diablo/170423409634427?fref=ts
Rockabilly extraterrestre
El rock&roll aparece en la década de los cuarenta como resultado de una mezcla de la música folklórica estadounidense. Lógicamente el personaje más representativo fue “El rey” Elvis Presley. En los cincuenta comienzan a aparecer varios subgéneros de este estilo musical para rebeldes; uno de ellos fue el rockabilly que mezcla el copetudo rock&roll con la música country, conocida en ese tiempo como hillbilly music. El ritmo del surf por su parte, aparece entre 1961 y 1965 en el Condado de Orange, al sur de California y uno de sus pioneros fue Dick Dale y su banda The Del-Tones.
Los UFOs mexicanos sobrevuelan nuestras tierras disparando sonidos de rockabilly, surf, rock&roll, entre otros géneros de los cincuentas. The Grises fue creada en 2013 por McFly -baterista de la banda- que después de haber participado con Eddie y Los Grasosos, decide realizar este proyecto al lado de Visel con su imponente contrabajo y Ray en la guitarra eléctrica. El nombre es consecuencia de los acercamientos extraterrestres muy sonados en los cincuenta y sesenta en Nuevo México, en el país del norte, época en la que el rockabilly y rock&roll estaban posicionados en los corazones de los jóvenes enardecidos por estos géneros musicales. Hasta el momento, la banda cuenta con un EP Viaje al Fondo de la Radio y el viernes 16 de mayo en el centro capitalino estrenan su primer álbum Interferencia en el Rock&Roll. Cabe mencionar que este trío de marcianos musicales fueron galardonados en los Premios Telehit como Mejor banda de Rockabilly a nivel nacional el año pasado, al lado de los Rebel Cats.
-¿Alguna pieza melódica?
“Chet Atkins” con Mr. Sandman. http://youtu.be/n-c66SJPuUI
-Una anécdota…
“Resulta que una vez nos metieron a la cárcel por pegar carteles en la calle con ‘diurex’. Estábamos promocionando un evento altruista, y ya sabes la corrupción que se vive, nos pidieron dos mil pesos por cada quien y éramos dos. Bueno, todo sea por el amor al rock&roll…”
El rockabilly de The Grises lo podrás escuchar el 28 de febrero en el Carnaval Teotihuacán, el 6 de marzo en el bar Berlín en Insurgentes Sur, y el 27 de marzo en La Bipo, Pasagüero, del Centro Histórico.
https://www.facebook.com/TheGrises?fref=ts
Picosa salsa… pero sincopada
El jazz latino se origina en 1943 con el jazz afrocubano y tiempo después con el bossa nova en 1957. Los coqueteos de esta mezcla de sonidos latinoamericanos con los ritmos afroamericanos se manifestaron en un inicio en Cuba y Brasil, para que posteriormente la lírica de Argentina, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela y Colombia, también se viera seducida por el ritmo roto. La salsa es un ejemplo de estas fusiones melódicas, ya que en los setenta la música caribeña, latinoamericana y el jazz influenciaron para dar vida a este férvido género musical.
La banda cubano-mexicana Los chilangos de la Habana, logran que la timba -interpretación actual del son montuno-, el jazz, la rumba y el bolero, se entrelacen con el hip-hop y el rock para ofrecer una picosa salsa sincopada. Entre los temas de su reciente EP 5 Pesos, destacan “Calle”, “La cosa”, “La rumba no”, “Bachicha” y “El amor no es tonto”, reproducidos por la alineación de Rubén Montero “Rex” (bajo y director musical), Arnaldo Troya (primera voz y compositor), Marcel Zayas (segunda voz y coros), Mariana Cortés (tercera voz y coros), Alberto Zayas (trompeta y coros), Luis Espinosa (congas), Miguel Chablé (percusión) y Thelmo (piano). Estos talentosos músicos empiezan a consolidar su propuesta musical en el año 2008. Desde entonces han participado en diversos bares, así como sitios nocturnos del país, en festivales como El Fifa Fan Fest 2010, Festival de Cabaret 2013 y en el Zinco Jazz Club del Centro Histórico de la Ciudad de México.
-Chilangos, pero ¿qué canción les agrada?
Buena Vista Social Club: “Chan Chan”. http://youtu.be/tGbRZ73NvlY
-¿Qué vivencia pueden compartirnos?
“Varios de nosotros hemos llegado por mera casualidad a la banda; un ejemplo es nuestro trompetista Alberto Zayas. Resulta que ‘Rex’ estaba buscando un trompetista para la banda. Un día en el café internet de su familia llegó el papá de Alberto a utilizar una de las computadoras que tienen en ese negocio. Rex lo ve y le dice en tono cubano: ‘Usted es cubano’. El señor le contestó: ‘sí’. Rex replica ‘¡Ah!, mucho gusto’ y vuelve a cuestionarlo: ‘¿de dónde es?’ y el señor le responde ‘de La Habana, chico’, y le pregunta: ‘¿Qué haces tú aparte de estar aquí?’ Rex responde: ‘soy músico, tengo un grupo de música cubana llamado Los chilangos de la Habana’. El señor se sorprende y le dice: ‘¿de verdad? Mi hijo es músico, toca la trompeta y anda buscando un grupo’. Rex se emocionó tanto que casi se le olvidó preguntarle el teléfono, ya que cumplía con lo que él buscaba para el grupo, un trompetista, cantante y cubano. Pocos días después Alberto Zaya hijo se unió a Chilangos como parte medular de este grupo…”