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Disfruté como pocas veces una conversación fortuita, la semana pasada, con Cuauhtémoc Martínez, uno de los socios principales de la línea de autobuses Estrella Blanca, tesorero y ex presidente también de Canacintra. Me lo encontré en el lanzamiento del novísimo autobús i6, de Irizar, la firma española líder en autobuses de pasajeros, con altos estándares de tecnología y seguridad.

Martínez me relató experiencias que leemos y escuchamos poco. Le pregunté, por ejemplo, a qué se debía la fotografía típica de los pueblos de los países latinoamericanos en la que se ve un autobús setentero, casi de tipo escolar, repleto de gente y mercancías.

Me explicó que en aquellas épocas, al menos en México, no había abasto suficiente de autobuses para cubrir la demanda de transporte. ¿Resultado? El autotransporte no era renovado y la flota vehicular duraba décadas. En adición, aquellos autobuses se construían directo sobre el chasis, lo que obligaba a montar la canastilla superior donde uno podía ver cualquier mercadería. Asimismo, llevaban el motor al frente, porque las terracerías en las que solían circular habrían echado a perder con la tierra y el polvo lo motores si fueran situados atrás.

Aprendí mucho en unos cuantos minutos. Martínez dijo que la industria de autotransporte, desregulada en precios y rutas desde 1992, entró en una etapa de competencia en precios tal, que hay empresas que se ven obligadas incluso a cancelar rutas (Estrella Blanca pasó por una problemática que se hizo pública hace años. Se reestructuró).

Percibí en Cuauhtémoc y en los industriales del transporte carretero que han entrado en una nueva etapa: de innovación, de servicio, de deseo incontenible de mejorar cada día. No sé si estoy en lo correcto, pero Martínez me hablaba de sus asientos de primera clase; del acceso a internet en las rutas; de la conectividad lograda a muchos destinos desde el AICM; del 98 por ciento de los pasajeros que viajan por carretera.

Quise preguntarle qué era lo que, a lo largo de su carrera, había gozado y gozaba más. ¿La planeación de las rutas? ¿La mercadotecnia? ¿Mirar el mapa completo del país? "El aroma a diésel y el trato con la gente", dijo. Lo dijo con el corazón.
 

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