El aumento para taxistas
Esta semana se autorizó por fin el aumento de tres pesos a la tarifa de taxis en el sur...
Esta semana se autorizó por fin el aumento de tres pesos a la tarifa de taxis en el sur. Ello sin que se reactive el servicio de transporte urbano, aunque ya hay plazos fatales garantizados por la actual administración del alcalde capitalino Eduardo Espinosa Abuxapqui.
Representantes del SUCHAA manifestaron que fue inaplazable este aumento debido al constante aumento del precio de la gasolina y las refacciones, situación que elevó en 3 pesos la tarifa de taxi, situando la tarifa más baja en 18 pesos y la más alta en 36, precios que parecerán una “ganga” para otras ciudades, pero para la dinámica social y económica de nuestra ciudad esto acarrea consecuencias palpables.
Por principio de cuentas, muchas personas argumentan que este aumento es nada comparado con las tarifas que se pagan en Cancún o Playa del Carmen, pero hay que especificar que Chetumal es una ciudad con una economía endeble, donde el turismo no se consolida y las opciones de empleo son modestas e incluso escasas.
Y si el pasajero vulnerable tiene la opción del transporte urbano, puede contar con una alternativa a la medida de sus bolsillos. Pero en nuestro caso el ciudadano cautivo no tiene alternativa, y desde hace más de dos años le fue arrebatada la opción del transporte urbano, precisamente en la gestión del ex alcalde Carlos Mario Villanueva Tenorio.
El tiempo sin transporte urbano ha sido excesivamente prolongado, consecuencia de la irresponsabilidad de mandos municipales que no estuvieron a la altura del desafío, lesionando significativamente a la capital del estado y en particular a las clases populares, tan castigadas brutalmente por más de dos años.
¿Se debía aumentar la tarifa de taxi? Si, por supuesto que era inaplazable, pero se debió hacer gradualmente para evitar el clima de descontento que impera en este momento en las calles de Chetumal.
Incluso, era aconsejable aguardar la reactivación del servicio de transporte urbano, a fin de entregar una carta emergente a los cientos y cientos de usuarios con economías endebles, incluyendo a universitarios y estudiantes de otros centros de educación superior.
Lo peor es que algunos taxistas están cobrando un peso adicional a la tarifa, abuso persistente reportado por algunos pasajeros, sin que la autoridad correspondiente se atreva a meterlos en cintura, solapando este tipo de conductas inmorales.
Por principio de cuentas, evitar los abusos con el cobro a los pasajeros es un paso elemental, a fin de evitar males mayores provocados por trabajadores del volante carentes de escrúpulos, quienes manchan un oficio tan intenso y vital en todo centro de población, lesionando más la maltrecha economía de nuestra zona sur.