'El Basuras' y los asuntos de fe

Claudia Priscila Martínez González, la presunta enganchadora de mujeres, afirmó que le pagaron 30 mil pesos por hacer grabaciones y exhibir a su jefe.

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El caso de las nuevas acusaciones de abuso sexual-laboral en que está envuelto Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, exdirigente del PRI en el Distrito Federal, tuvo esta semana un giro que era esperado desde que el propio personaje exhibiera una supuesta llamada de extorsión en la que una mujer le pedía dos millones de pesos para detener el escándalo que desató un reportaje de MVS Radio.

Claudia Priscila Martínez González, la presunta enganchadora de mujeres para atender las necesidades de acompañamiento sexual de Gutiérrez de la Torre, dijo en una declaración ante el Ministerio Público que le pagaron 30 mil pesos por hacer grabaciones y exhibir a su jefe. Se trata de una entrevista de trabajo a una mujer en la que le explicaba que debía atender los deseos eróticos del líder priista.

El efecto de estas declaraciones ha sido que al parecer la denuncia de Sonia N., la única mujer que ha presentado una acusación formal contra el exdirigente del PRI capitalino, ha quedado en segundo término.

Desde el principio del escándalo quedaba claro que la Procuraduría General de Justicia del DF no contaría con suficientes elementos para consignar a Gutiérrez de la Torre por acoso sexual y mucho menos como cabeza de una red de prostitución como se dijo al comienzo de esta truculenta historia.

Lo que sí se puede decir es que las declaraciones y acusaciones de Sonia N., quien se dice víctima de acoso por parte de Gutiérrez de la Torre en 2009, coinciden con las primeras denuncias hechas públicas por edecanes y que diera a conocer el diario Reforma en 2004, cuando Gutiérrez era líder del Movimiento Territorial, y el reportaje que presentó MVS el mes pasado.

Todo este litigio ha servido para recordar el perfil violento de Gutiérrez de la Torre y su grupo, quienes no han tenido empacho en agredir y amedrentar a sus críticos u opositores, y los últimos casos son los de Rosario Guerra, exaspirante a la Jefatura de Gobierno del DF, a quien mandaron al hospital, y del periodista Manuel López San Martín, quien sufriera amenazas directas de parte del exlíder del PRI capitalino.

En resumen, se trata de un río revuelto del cual Gutiérrez de la Torre pretende salir y de paso lavarse la cara, mientras que sus detractores quieren aprovechar la oportunidad para hundirlo, aunque se puede adelantar que ninguno de ellos logrará su objetivo al 100 por ciento.

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