El blanco de Cupido
La homosexualidad es uno de los aspectos más controvertidos del comportamiento humano, pues generalmente se aborda con actitudes maniqueas y excluyentes.
La neurociencia ha podido esclarecer en gran parte la bioquímica de Cupido o sea el proceso de enamoramiento en el humano, pero la respuesta del blanco de la flecha de este volátil personaje no ha podido ser explicada cabalmente a la luz del actual conocimiento de la biología, esto es la preferencia sexual, sin embargo todo apunta a que ésta no es una voluntaria opción, sino una genética imposición.
No obstante que hasta el momento no existe la evidencia molecular para ubicar los genes que codificarían este aspecto determinante de la conducta humana, pero es muy probable que a corto plazo, al seguir conociendo mejor el genoma humano, pueda confirmarse que la preferencia sexual está determinada por la genética y no por factores ambientales, educacionales o culturales, lo que seguramente contribuirá a incrementar la tolerancia de lo que social y religiosamente se ha considerado anormal, la homosexualidad.
La homosexualidad es uno de los aspectos más controvertidos del comportamiento humano, pues generalmente se aborda con actitudes maniqueas y excluyentes, y casi siempre atrás de éstas hay ignorancia, prejuicios, discriminación o hipocresía, por lo que durante siglos fue perseguida, condenada y ajusticiada, y en nombre de Dios y de la patria se cometieron innumerables crímenes.
En la antigua Grecia no era mal vista, en la edad media era considerada pecado y en el renacimiento los más grandes genios artísticos tuvieron que ocultarla: Caravaggio, Da Vinci, Miguel Angel y muchos otros, que con sus geniales creaciones artísticas se hicieron inmortales, son reconocidos por la posteridad sin que mucho importe su sexualidad.
Algunas instituciones, como el ejército que con actitudes machistas rechaza a los homosexuales, se olvidan de que dos grandes genios militares tuvieron conductas homosexuales: Alejandro Magno y Julio César, y otras, como la Iglesia, han tenido que enfrentar estos comportamientos en sus ministros, ya no como pecado, sino como delitos en juzgados civiles.
La lista de homosexuales que han contribuido a engrandecer la obra del género humano es interminable, en el arte, la ciencia, el deporte, la política e inclusive en la religión, teniendo que superar el rechazo y la discriminación.
En este siglo en el que los derechos humanos, la equidad de género y la tolerancia parecen ser protagonistas, cuando menos en el discurso político, mucho podría hacerse para erradicar la actitud que realmente sí es una enfermedad y desafortunadamente muy contagiosa que es la homofobia y que debería eliminarse desde la escuela que es donde más daño produce, pues es la etapa donde se forman o deforman los ciudadanos.
La preferencia sexual, que es una condición natural y que la situación cultural ha pervertido, debería de terminar de despojarse de su atávica intolerancia que evita hacer un mundo más libre y justo. Todos tenemos algo de responsabilidad.