Un nuevo conflicto empieza a gestarse en las entrañas del Sindicato Único de Choferes de Automóviles de Alquiler en Chetumal entre los dos grupos que se disputan el poder de la organización, debido a una resolución de un juzgado laboral que restituyó en el liderazgo a Rafael Cetina Galván, alias “El Catrín”, tumbando a Sergio Cetina Valle.

Y es que Sergio Cetina, personaje cercano al polémico ex dirigente del sindicato de taxistas, Rubén Pelayo Kuc, diseñó una estrategia para tumbar de la dirigencia de mala manera a Rafael Cetina cuando éste se encontraba debilitado por la derrota del PRI y buscando cobijo en el nuevo gobierno.

Asesorado por Pelayo, Sergio Cetina utilizó su posición dentro de la mesa directiva del Suchaa para orquestar una conspiración y arrebatarle la dirigencia al “Catrín”. Y cuando tuvo los números y el respaldo político dio el golpe en una asamblea a modo donde se decidió la destitución de Rafael Cetina y su designación inmediata como secretario general, acción que recibió el respaldo de las autoridades del Trabajo que le otorgaron sin chistar la toma de nota, pese a las protestas de su adversario.

El líder caído fue rechazado hasta por las nuevas autoridades gubernamentales que le cerraron las puertas, pues tanto el titular de la Secretaría de Infraestructura y Transporte, Jorge Portilla Manica, como el Secretario de Gobierno, Francisco López Mena, declararon que al único que reconocían como dirigente era al espurio Sergio Cetina. 

Sin fuerza para contraatacar, al “Catrín” le quedó solo el recurso judicial, logrando que el Juzgado le diera la razón invalidando la irregular toma de nota de Cetina Valle.

Pero el retorno de Rafael Cetina no será terso, pues en estos meses su sucesor logró fortalecerse políticamente y cuenta con un nutrido grupo de seguidores que no están dispuestos a soltar el jugoso botín del Suchaa por las buenas. De hecho Sergio Cetina seguía en funciones hasta este jueves.

Al “Catrín” lo ampara la ley, y aunque es el legítimo dirigente no parece tener el músculo para soportar un nuevo embate de su adversario, aunque está decidido a defender su hueso con fiereza.

Las ambiciones arden en el gremio de los taxistas chetumaleños, y a menos que las autoridades gubernamentales metan mano de inmediato para apaciguar las aguas a través de la negociación, un nuevo y violento conflicto interno podría estallar en breve.