El complicado retorno de Josefina
La decisión de Josefina Vázquez de guardar silencio, casi desaparecer, durante los 15 meses posteriores a la elección era la mejor receta para morir políticamente, para siempre.
Dice Josefina Vázquez Mota que en México no hay oposición. Bueno, dice que no hay oposición que sea contrapeso del poder. Dice que solo puede haber un gobierno de calidad cuando hay una oposición de calidad y eso, ahorita, no hay en México.
No lo dice con todas sus letras pero está claro lo que piensa del actual liderazgo de su partido, el Partido Acción Nacional. Y lo piensa y lo dice porque quiere disputar ese liderazgo. Ayer en En15 todavía se quiso escurrir con lo de que “lo está valorando”; pero si uno escucha bien, queda claro que se muere de ganas de presidir el partido.
Josefina hizo una extraña apuesta que le podría resultar bien por casualidad.
Su decisión de guardar silencio, casi desaparecer, durante los 15 meses posteriores a la elección era la mejor receta para morir políticamente, para siempre. De echar por la borda los millones de votos obtenidos y traducirlo a capital político. Pero la bronca entre calderonistas y maderistas, llena de insultos y descalificaciones, ha abierto espacio para que un tercero funcione como mediador. Tampoco le estorba que durante las elecciones de este año visitó una docena de estados para apoyar candidatos blanquiazules.
Pero Josefina necesita hacer más. Ayer le pregunté si no pensaba que los panistas y muchos otros que votaron por ella merecían una explicación después de 15 meses de ausencia de la vida pública. Me respondió con una cita del ex presidente español Felipe González sobre la política, el silencio y el valor de las palabras; creo que necesitará más. Tal vez mucho más.
El 2 de julio del año pasado Josefina era la panista con mayor capital político en medio de un panismo dividido y vapuleado.
Al panismo de la calle, poco interesado en las broncas entre Corderos, Maderos, Calderones y Lozanos, urgido de algún asidero en esos días de derrota, Josefina les debe una explicación mucho más amplia. Una que incluya nombres y apellidos y circunstancias de lo que verdaderamente pasó en 2012 y que, tal vez, comience a explicar 15 meses de ausencia.
El panismo necesita hacia dentro la transparencia que exige hacia fuera.