Sin duda alguna “alcanzar el sueño americano” no es fácil, lo comprueban los miles de migrantes yucatecos que han viajado y lo seguirán haciendo en busca de obtener un empleo que les permita ganar dólares.

La decisión de reunir el dinero para el viaje, ya sea con la familia en su tierra natal o con el apoyo de los familiares o amigos que ofrecen pagar el viaje para que se animen a irse de ilegales no es sencilla, no solo es dejar a la familia, sino iniciar desde menos cero, no solo se trata de una tierra completamente diferente a la que han crecido, sino que además están endeudados y sin empleo garantizado. Esta situación se agrava con el endurecimiento de las leyes contra los migrantes ilegales, que, según han considerado las autoridades mexicanas, incrementará en los próximos meses, de manera considerable el número de deportados.

Si es cierto que miles de ellos ganan bien, en dólares, lo consiguieron a alto  precio, eso es algo que pocos se plantean cuando ven que las familias que dejaron en sus municipios comienzan a prosperar o que al paso de los años regresan a sus comunidades. No se puede negar que los años que uno pasa viviendo en otra comunidad diferente a la original cambian su forma de ser; de los que regresan no  todos logran reincorporarse, por eso es que algunos, después de un tiempo, de nueva cuenta intentan regresar y no creo que sea porque extrañan ganar dólares, es sólo que no logran sentirse de nuevo miembros de su comunidad.

Esta situación se ha visto más de una vez en los diferentes municipios que tienen comunidades con altos índices de migración a los Estados Unidos principalmente, es algo  que las autoridades deberían considerar en sus políticas de gobierno.

Porque son ellos los que con su trabajo cada año mandan millones de dólares al país, las remesas de los migrantes apoyan para sostener la economía de las familias mexicanas, los dólares que envían permiten la adquisición de productos y servicios, la creación de calles, clínicas, y más, es con ese dinero que las autoridades federales, estatales y municipales logran realizar obras que de otra manera tendrían que esperar mucho tiempo para realizarse.

Entonces, ojalá que quienes los representan en el extranjero en los consulados hagan un esfuerzo más allá de lo que su trabajo y horario establecen, para ayudarlos a registrar los datos y documentos que en algún momento los puedan ayudar para regularizar su situación.