El desplome de Fresnillo

Fresnillo ha sido víctima de un patrón mundial del bajo precio en estos metales, resultado de la desaceleración en China y de la vida artificial con la que operan las economías desarrolladas.

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Qué estrepitosa la caída de Fresnillo, la subsidiaria de Industrias Peñoles que cotiza en la bolsa de valores de Londres, al desplomarse ayer más de 15 por ciento y ser así parte de la contagiadera mundial que sembró pesimismo en el mercado de commodities, principalmente en el oro.

Ayer fue espantoso. Pero si uno mira la gráfica de los últimos meses en la cotización de esta firma de Alberto Baillères, el horror se magnifica: en noviembre pasado cada contrato en Londres valía cerca de 2 mil libras. 

Ayer cerró en £1,080. ¿Por qué le pasó esto a Fresnillo? Porque es uno de los principales productores de oro de México y el indiscutible mayor productor mundial de plata.

Fresnillo ha sido víctima de un patrón mundial del bajo precio en estos metales, resultado de la desaceleración en China y de la vida artificial con la que operan las economías desarrolladas. De hecho, una caída tan fuerte en el precio de la onza de oro no se había visto así en los últimos 30 años. 

La onza llegó a cotizarse ayer por debajo de los 1,400 dólares, luego de caídas el viernes y de ayer mismo, ambas de magnitud considerable. La plata cayó cerca de 11 por ciento.

Las empresas de Baillères no fueron las únicas en sufrir ayer. También Grupo México, de Germán Larrea, sufrió cuantiosa pérdida. A mediodía tenía una caída pronunciada.

La desaceleración de China es un fenómeno que afecta a todo el mundo. La mayoría de los analistas esperaba un crecimiento de 8.0 por ciento para el primer trimestre. En lugar de ello, ese país arrojó un crecimiento trimestral de 7.7 por ciento. 

Cada décima son miles de millones de dólares. En adición a ello, se ha empezado a hablar con mayor sonoridad de la posibilidad de que ciertos países europeos vendan sus reservas de oro para mitigar sus alicaídas finanzas. Chipre empujó la idea desde la semana pasada.

Ayer hubo volatilidad. Ojalá sea solo eso y no se trate del inicio de una semana de nerviosismo que se extienda más allá. Pero eso es difícil saberlo. Se tendrán que prender focos amarillos en las casas de análisis para que los inversionistas de todo el mundo (sí, a los mexicanos también nos afecta) puedan migrar rápido sus ahorros entre diferentes tipos de activos.

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