El divorcio

Decía un maestro que el más pequeño cabello proyecta sombra...

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Decía un maestro que el más pequeño cabello proyecta sombra y partiendo de esa frase intitulo mi trazado con el título de divorcio, tema de moda al tener Cancún uno de los índices más altos en la materia.

El divorcio es la disolución del matrimonio. En un sentido amplio, se refiere al proceso que tiene como intención dar término a una unión conyugal. En términos legales modernos, el divorcio fue asentado por primera vez en el Código Civil francés de 1804, siguiendo por cierto aquellos postulados que veían al matrimonio como una verdadera unión libre o concubinato, y al divorcio, como una necesidad natural; en este sentido, el divorcio moderno nace como una degeneración de un matrimonio vincular cristiano, siguiendo la lógica de la secularización de éste, teniendo por cierto raíces provenientes del Derecho Romano. 

El divorcio se diferencia de la separación de hecho en que, dependiendo del ordenamiento jurídico de cada país, puede tener o no algunos efectos jurídicos; para los casos de México, esta situación fáctica puede ser causal para solicitar la declaración de divorcio. Respecto a la separación legal en tanto, ésta sí es reconocida legalmente en diversos ordenamientos jurídicos, teniendo en consecuencia un mayor número de efectos jurídicos que la separación de hecho, aunque a diferencia del divorcio, no pone término al matrimonio.

Por otro lado, no se debe confundir con la anulación del matrimonio, que no es más que el declarar que el matrimonio nunca existió, y que no sólo se encuentra normado en el ordenamiento jurídico de algunos países, sino que, además, se encuentra regulado en el derecho canónico con larga data.

Al año 2014, sólo las Filipinas y Ciudad del Vaticano no permiten el divorcio en su ordenamiento jurídico. 

Entre estos factores causales, se pueden mencionar: matrimonios a corta edad; pobreza; desempleo; bajo nivel educacional; convivencia con otra (o la misma) pareja antes del matrimonio; tener un hijo o hija antes del matrimonio ya sea propio (de ambos) o de alguno de los contrayentes; diferencias raciales; tener un historial de otros matrimonios anteriores; divorcio en la familia de origen, entre otros.

Según el ordenamiento jurídico, las causas de divorcio pueden ser varias, entre las que se pueden mencionar el mutuo disenso; la bigamia; existencia de alguna enfermedad física o mental que ponga en riesgo la vida del otro cónyuge; la violación de los deberes inherentes al matrimonio; abandono malicioso, entre otras.

El divorcio no es el problema, sino el resultado de un conjunto de inconvenientes, desavenencias y problemáticas vividas en el contexto del matrimonio que puede radicar con uno o ambos cónyuges, catalogándose por un sinnúmero de investigadores como el segundo proceso más estresante durante la edad adulta, inmediatamente después de la muerte de uno de los cónyuges.

La institución del divorcio es casi tan antigua como la del matrimonio, si bien muchas culturas no lo admitían por cuestiones religiosas, sociales o económicas.

Es importante tener en cuenta que siempre que existan hijos se debe hacer un acuerdo en  el que se pacte la cuota alimentaria, visitas, vacaciones, educación y salud.

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