Hasta donde se sabe, el documento que el jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera presentará entre hoy y mañana incluye una referencia de aumento al salario mínimo en el corto plazo (del orden de 82 pesos diarios), una de mediano plazo (170 pesos), un proyecto para desvincular al salario mínimo de multas, etcétera, y uno para establecer una sola zona salarial en el país, lo que para millones de personas representaría un aumento en sí.

El jueves, la secretaria del Trabajo del DF, Patricia Mercado, expondrá el documento en Manzanillo, en la reunión de secretarios estatales del Trabajo, donde participará también el del gobierno federal, Alfonso Navarrete Prida. Concluirá así un mes de esfuerzos de la administración de Mancera para comenzar a erradicar la infamante realidad de los 67 pesos diarios.

Es probable que al final de todo esto, el porcentaje de aumento que se obtenga sea desilusionante, pues el gobierno federal, empresarios y no pocos líderes sindicales han construido un discurso de rechazo, fortificado en la máxima de la productividad.

No importa. Lo significativo es que, por primera ocasión en décadas, se ha colocado en el centro de la atención el punto de que México es un país donde se paga muy mal, donde millones de empleados cobran salarios (no solo el mínimo) que alcanzan para casi nada, donde miles de empresarios siguen creyendo que pagar miserablemente es una costumbre saludable.

Ahí pusieron el reflector Mancera, Patricia Mercado, Salomón Chertorivski. Algún día, su esfuerzo triunfará. Y México cambiará. Para bien.