El General sí tiene quien le escriba

La partida del General en retiro Carlos Bibiano Villa Castillo –ex titular de Seguridad Pública en el estado– causó reacciones de alegría y beneplácito entre la población...

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La partida del General en retiro Carlos Bibiano Villa Castillo –ex titular de Seguridad Pública en el estado– causó reacciones de alegría y beneplácito entre la población quintanarroense que aplaudió la decisión gubernamental, aunque el relevo debe dar un viraje de 180 grados en la conducción de esta dependencia tan complicada a más no poder.

Porque la decisión vino del gobernador Roberto Borge Angulo, quien se dio cuenta que ya no podía sostener en su cargo al militar, dada la mala reputación que se ganó, las malas cuentas y los constantes escándalos en los que se vio involucrado.

En las redes, uno de los termómetros sociales más útiles de la actualidad, la despedida al General Villa no fue nada grata; tanto ciudadanos, como políticos y periodistas, no dudaron en expresar vía Facebook o Twitter la felicidad que les causó la partida del polémico funcionario.

De hecho, por lo que se puede leer en las opiniones en redes sociales, una gran mayoría de los ciudadanos responsabilizan a Villa Castillo del aumento en la actividad delictiva en la entidad, de la corrupción descarada en las cárceles y le atribuyen delitos contra los derechos humanos afectando directamente a ciudadanos.

Villa será recordado en Chetumal por el asesinato del policía estatal Jorge Amir Flota Matos a manos del “fuego amigo” de sus escoltas, en un crimen que el ex titular de Seguridad Pública intentó justificar por todos los medios para brindar impunidad a sus protegidos, cosa que no logró.

Será recordado por la dura represión que realizó contra maestros y pobladores de Nicolás Bravo para romper un bloqueo carretero, donde fue acusado de golpear a mujeres embarazadas y personas de la tercera edad.

Será recordado por su actitud altanera y prepotente, por no escuchar los reclamos de la población que llegó incluso a abuchearlo descaradamente, como ocurrió en febrero de 2013 durante el operativo de la Marina Armada de México en el que fue capturado el narcotraficante Carlos Cabañas Catzín en Chetumal, donde Villa Castillo fue echado del lugar por los militares mientras los ciudadanos presentes le gritaban consignas y lo corrían a gritos del estado.

Será recordado por los motines en las cárceles de Cancún y Chetumal, donde los internos viven verdaderos infiernos gracias a la protección que brindan las autoridades penales a los nocivos autogobiernos que mantienen el control de los negocios sucios dentro de los penales.

No se puede quejar el General Villa de que Quintana Roo lo trató mal. Fue recibido con los brazos abiertos por una sociedad que le creyó sus promesas de combatir el crimen con uñas y dientes, que confió en que el ex militar limpiaría la corporación de malos elementos policiacos y de que sería un aliado de los ciudadanos.

Tampoco se puede quejar de que no tuvo el tiempo o las herramientas para realizar su labor, porque el gobernador Roberto Borge Angulo le brindó toda la confianza e incluso lo sostuvo en el puesto por más de tres años, hasta que fue simplemente imposible mantenerlo al frente de la desgastada corporación.

Finalmente el General se fue dejando muchos pendientes en materia de seguridad y una corporación que necesitará una reestructura a fondo, sobre todo a nivel de mandos. Ya se fue, y nunca faltará alguien que le escriba.

                                   El adiós de un grande

Nacido en el Chetumal de 1935, el pintor y muralista Vital Jesús Carmichael Jiménez, más conocido en el mundo cultural como Elio Carmichael, falleció esta semana después de una larga lucha contra el cáncer, dejando una herencia rica en obras artísticas y una huella trascendente en su amado Chetumal.

Orgulloso hijo de estas tierras, Elio Carmichael desde muy joven mostró su gusto por las artes y emprendió una carrera vasta en el ámbito cultural, que lo hizo, a la postre, ser reconocido como el mejor artista plástico quintanarroense.

Como un legado imborrable de su paso por la vida, Carmichael Jiménez heredó a los quintanarroenses un gran número de obras artísticas de altísimo valor, obras que incluso forman parte del patrimonio histórico y de la identidad misma de Quintana Roo.

Elio Carmichael inmortalizó su amor por estas tierras en el diseño del escudo del estado de Quintana Roo, el cual resume en una imagen limpia y llena de color los fundamentos de esta tierra caribeña.

Entre sus obras más conocidas se encuentran los murales que adornan el Palacio Legislativo, “Forma, color e historia” y el “Mural Ley”, que han sido elevados a la categoría de patrimonio cultural e histórico de la entidad.

No existe museo o espacio artístico en el estado donde la influencia de este destacado artista no tenga presencia. Sus murales adornan lo mismo los museos de localidades de relevancia histórica, como Bacalar y Tihosuco, que dependencias estatales.

Como pintor, fue un mentor para muchos jóvenes artistas locales que empiezan a abrirse camino en este difícil medio. También fue un incansable promotor cultural de gran influencia, pues no se limitó al ámbito de las artes plásticas sino que participó también como consejero en el Fondo de Fomento Editorial del gobierno estatal, y en obras sobre la tradición oral en Chetumal.

Muy conocido en la capital del estado, Elio más que un artista fue un maestro, un mentor, un amigo, que derramó su talento sobre muchas generaciones sembrando la semilla para los que quisieron seguir su senda.

Durante su fructífera vida recibió innumerables premios y homenajes, pero el último, que cobra especial significancia, fue el que le hiciera el Congreso local el pasado 19 de febrero, creando la Medalla al Mérito Cultural y Artístico “Elio Carmichael”, que será otorgada cada tres años en su honor.

Merecido homenaje para un hombre que vivió para las artes y murió como un grande. Descansa en paz, Elio, siempre te recordaremos.

                                                Las leyes contra el “bullying”

La muerte del niño Héctor Alejandro Méndez Ramírez, víctima fatal de “bullying” en una escuela secundaria de Tamaulipas, destapó un problema creciente en el sistema educativo mexicano, que de acuerdo a estadísticas internacionales se encuentra entre los punteros en incidencias de acoso escolar.

El lamentable hecho causó un efecto inmediato en la opinión pública nacional, que obligó a los actores políticos a actuar en consecuencia, por lo que el Senado presentó el pasado miércoles una severa ley “anti bullying” con la que esperan frenar el aumento en los casos de acoso y evitar futuras tragedias.

La iniciativa ha sido duramente criticada porque pretende resolver un problema de enorme complejidad con multas económicas estratosféricas a padres de familia y maestros que no controlen la violencia en sus hijos y alumnos. La propuesta establece aplicar multas que superan los 300 mil pesos a padres que permitan actitudes violentas en sus hijos y en el caso de los docentes, además de la multa podrían perder la plaza laboral.

Con todo, la acción del Senado abre la puerta para que las Legislaturas estatales aborden el problema desde la perspectiva legal, para asegurar la integridad física y emocional de los estudiantes, sobre todo de educación básica.

En Quintana Roo, donde ya se han presentado casos graves por causa del “bullying”, la responsabilidad es de las comisiones de Derechos Humanos y de Educación en el Congreso local, presididas por los diputados Sergio Bolio Rosado (PAN) y Emilio Jiménez Ancona (PANAL), respectivamente.

Ni Sergio Bolio ni el ex líder sindical Emilio Jiménez han levantado la mano para meterse de lleno en la legislación para combatir el bullying, que dicho sea de paso, no se logrará nada si se limitan a replicar la propuesta del Senado, de amenazar a padres y maestros para que “controlen” a sus hijos y alumnos.

De que es una tarea difícil, lo es; el trabajo legislativo no se debe quedar en el ámbito de las sanciones, sino proponer vías de acción en los ámbitos escolar y comunitario para atacar de fondo este flagelo social. Esperemos que los diputados de estas comisiones estén a la altura de lo que la sociedad exige de ellos y cumplan con su responsabilidad.

                                               Exámenes corrompidos

Más de 600 profesores de 4º, 5º y 6º grado de educación primaria en el estado que presentaron su evaluación de preparación profesional el pasado domingo 1 de junio, recibieron la noticia de que el examen fue cancelado debido al robo comprobado de 131 evaluaciones en el estado de Guerrero, que después fueron mercadeados en todo el país manchando todo el proceso.

Quintana Roo no fue la excepción, pues los mismos profesores denunciaron desde una semana antes de la evaluación que ya corrían por las redes sociales ofrecimientos para hacerse del examen de manera ilegal, a costos que empezaron en dos mil 500 y que, como de costumbre, se desplomaron hasta llegar a los 400 pesos.

Ante la evidente corrupción, el titular de la SEP, Emilio Chuayffet Chemor, tomó una decisión poco popular y que no fue bien recibida por una buena parte de magisterio: canceló los exámenes aplicados en todos los estados del país, y ordenó el diseño de una nueva prueba escrita que se aplicaría nuevamente antes de que finalice el ciclo escolar.

Eso sí, solo podrán repetir el examen quienes presentaron el pasado domingo, ya que de los más de mil profesores de cuarto, quinto y sexto grado inscritos en el programa Carrera Magisterial en Quintana Roo, solo acudieron 637 docentes.

Esperemos que la lección haya quedado muy clara para los profesores corruptos.

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