El Kiki Camarena, Caro Quintero y un tal Antonio Gárate

Antonio Gárate, acusado de participar en la tortura y asesinato del agente Camarena, resultó absuelto en la corte estadunidense y regresó a México.

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Era un martes de principios de mayo hace 13 años cuando por fin, después de filtraciones, notas diplomáticas, quejas a través de la prensa, y amenazas de que se terminaría la cooperación bilateral, un fiscal federal en California anunció que el gobierno estadunidense presentaría ante la Corte de California a Antonio Gárate Bustamante.
Gárate, dijo el fiscal Manuel Medrano, “estaba en control de la DEA y sería facilitado” para testificar en el juicio contra un grupo de mexicanos, entre ellos Rubén Zuno Arce, por el asesinato de Enrique, El Kiki, Camarena.
De Gárate se decía que había sido agente de la Dirección Federal de Seguridad, que había trabajado para Ernesto Fonseca, Don Neto, y después se había puesto al servicio de la agencia antidrogas estadunidense.
La DEA lo reconoció como su “operador”, más nunca como su agente. A nombre de la DEA, Gárate fue el responsable del secuestro y traslado ilegal del doctor Humberto Álvarez Machain, a quien testigos que después se comprobarían falsos, habían acusado de participar en la tortura y asesinato del agente Camarena. El doctor tapatío resultó absuelto en la corte estadunidense y regresó a México.
Gárate y su supervisor de la DEA, Berellez de apellido, sobornaron testigos, inventaron historias y lograron que Rubén Zuno Arce fuera condenado por el asesinato de El Kiki. El cuñado del ex presidente Echeverría murió hace poco en prisión. Me tocó hace 23 años cubrir aquellos juicios en California y conocer a los protagonistas de aquel carnaval de venganza que poco tuvo que ver con la justicia. Carnaval arropado por series de televisión en Prime Time y best sellers.
La relevancia de presentar a Gárate en público residía en que la DEA y el gobierno de Estados Unidos aceptaban haber pagado a mexicanos para secuestrar a un mexicano y trasladarlo a Estados Unidos. No solo eso. Aceptaban públicamente que pagaban a colaboradores del narcotráfico, como lo era Gárate.
El asunto Gárate/Álvarez Machain/Camarena llegó hasta la Suprema Corte de Estados Unidos, pero nada hizo para cambiar hábitos y actitudes de la DEA.
Y al contrario, en los últimos años los Gárates se han multiplicado y muchos mexicanos han sido sus víctimas. 

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