El miedo, ¿enemigo o aliado?

Estar atentos a nuestros pensamientos nos permite reconocer y parar en seco pensamientos negativos que provocan miedo...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Valiente es aquel que sintiendo  miedo, afronta las circunstancias adversas-  Nelson Mandela, político

El miedo nace de nuestra capacidad de imaginar el futuro. La inteligencia nos hace ser previsores, cautelosos y nos pone en guardia contra “los peligros” reales o imaginados  que amenazan nuestro bienestar. Los pensamientos catastróficos provocan miedo que se traduce en reacciones, como respiración entrecortada y poco profunda que nos lleva al pésimo hábito de la respiración superficial.

Estar atentos a nuestros pensamientos nos permite reconocer y parar en seco pensamientos negativos que provocan miedo, tales como: “No va a salir bien mi proyecto” o  “algo le va a suceder en el viaje a mi hijo”, etc.  Sin embargo, no tenemos la “bola de cristal”  para ver el futuro y es mejor pensar y desear la salud y el éxito. Dar gracias por todo lo bueno que tenemos el día de HOY. En mi caso yo sé que: “TODO está bien en la presencia de Dios”. Esa es mi fe. Todo lo que ha ocurrido en mi vida ha sido para un bien mayor.

El miedo tiene aspectos positivos que hay que reconocer y aprovechar, ya que nos protege de algún peligro que puede ser real; nos lleva a buscar protección y posiblemente evitar el daño. Podemos obtener la protección que nos brinda el miedo, sin permitirle que ciegue la inteligencia y ahogue la esperanza y la fe.

Es bueno el miedo que nos lleva a retirarnos rápido de algún lugar peligroso. También cuando nos impulsa a recogernos en nosotros mismos para curar una herida emocional o al pasar por una crisis; así, ahorramos energía para poder volver a la actividad normal con nuevos bríos, ya repuestos del bajón sufrido.

Es bueno sentir tensión o ansiedad (efectos del miedo) cuando vamos a hacer algo importante porque esa tensión nos ayuda a estar más concentrados. Un poco de adrenalina siempre ayuda a aligerar procesos y a darnos ánimo y fuerzas creativas extras.

Hay sólo dos emociones humanas básicas: “Amor” y “Miedo”. Es muy importante reconocerlas y encauzarlas para nuestro bien.

¡Ánimo! hay que aprender a vivir.

Lo más leído

skeleton





skeleton