El negocio es hacerla de tos
El problema del PRD sigue siendo que bajo sus siglas, vivito y coleando, se mueve el extremismo estéril.
Ayer en San Lázaro, Movimiento Ciudadano rompió el compromiso acordado con las demás fracciones parlamentarias de agrupar temáticamente sus reservas a las propuestas energéticas en cinco mesas de trabajo, y envió a sus diputados a la tribuna para seguir aplicando una panchera estrategia dilatoria.
Una facción lopezobradorista (como lo es MC) de legisladores del PRD, por fortuna minoritaria, desconoció también el acuerdo.
Es el viejo y rollero, pero muy redituable negocio de que lo importante no es el trabajo político y el debate legislativo, sino la estridencia, la oposición por consigna y la estulta búsqueda del todo o nada (casi siempre con argucias, lugares comunes y flamígeras generalizaciones).
Pese a los intentos por caracterizar una izquierda moderna y propositiva que influya en las grandes decisiones, el problema del PRD sigue siendo que bajo sus siglas, vivito y coleando, se mueve el extremismo estéril que, a falta de solidez argumental, apuesta a la descalificación y al deterioro político para conservar clientelas, votos y jugosas prerrogativas...