El País reflejado en la Plaza de la República
La incapacidad de los gobiernos del DF y federal para desactivar la movilización en la Plaza de la República ha provocado que una centena de negocios en las inmediaciones se las vea negras.
Hay historias que puestas bajo la lupa revelan muchos de los males que aquejan al país.
La pequeña delegación de la CNTE que se quedó en el Distrito Federal lleva 45 días instalada en la Plaza de la República. La incapacidad de los gobiernos del DF y federal para desactivar la movilización, o al menos acotarla, ha provocado que una centena de negocios en las inmediaciones se las vea negras, muchos a punto de quebrar.
El gobierno del DF, a manera de confesión de su incapacidad, promete dar ayudas económicas a esos negocios, ya sea como préstamos o como deducciones y condonaciones fiscales. Es decir, los contribuyentes pagamos la falta de acción del gobierno.
Se instalan módulos, se hace un formato, y se espera a que los comerciantes vengan a pedir su apoyo.
Ayer, Gerardo López Becerra, presidente de la Cámara de Comercio Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México, le dijo a mi compañera Liliana Cavazos: “A nosotros nos dijeron que iban a ser tramites muy sencillos y cuando el comerciante se acerca al módulo le piden 18 requisitos, que no fueron los cuatro que a nosotros nos dijeron; cantidades de trámites que a los comerciantes pues simplemente los desanimó”.
Reviso los formatos que reparte el GDF: Acta de nacimiento o acta constitutiva, CURP, identificación oficial, comprobante de domicilio, acta de matrimonio (si es el caso), y acta de nacimiento del cónyuge. RFC, licencias y permisos otorgados por el GDF. Una explicación de para qué se necesita el dinero. Dos cartas de referencia y un aval. El aval, por cierto, no necesita poner ninguna garantía. Solo una firma.
No me parece excesivo. Cualquier banco pide más y cobra más de 12 por ciento anual y este es dinero de los contribuyentes. Para los beneficios fiscales de predial y otros impuestos, pues se necesita enseñar que se ha pagado ese impuesto, para ahora condonarlo. No hay quien tome la oferta.
La buena voluntad del GDF se ha topado con la realidad. Negocios que no han pagado impuestos o que no tienen un acta constitutiva clara, o que sus permisos y usos de suelo han sido “negociados” con la delegación de quién sabe qué maneras. Nada extraño. Nada nuevo.
La Plaza de la República podría ser cualquier otra plaza.