El PAN, entre AMLO y el PRD

Es sano para el debate nacional que los senadores presenten propuestas de reforma política.

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Aciertan quienes señalan que no es consecuente con la historia democrática del PAN la elección plebiscitaria de dirigencia. Esto pertenece a otros, particularmente al PRD, expediente que le ha resultado desastroso. La depuración del padrón ayuda al proceso del PAN, pero aún así la elección de dirigente puede significar un retroceso, tan así que el PRD mejor le ha dado por tomar decisiones fundamentales por encuesta.

El calderonismo ha copiado a López Obrador y al PRD. La postura de no negociar con el gobierno no viene del PAN, tampoco le es propia la descalificación a toda propuesta que no sea la suya. Llama la atención la pretensión de los senadores calderonistas de parlamentarizar al gobierno, como se muestra en los numerales del 14 al 20 de los 30 puntos de su propuesta de reforma política.

El PPS, enemigo histórico del PAN, fue el partido que demandó la instauración del régimen parlamentario. En el pasado inmediato fueron los senadores del PRI quienes propusieron la figura de Jefe de Gabinete designado por el Congreso. Los senadores calderonistas reactivan la propuesta que despoja a los ciudadanos del derecho a decidir quien gobierna y la trasladan a los legisladores. También ahora enarbolan el centralismo a contrapelo del federalismo y municipalismo, banderas también del PAN.

El senador Cordero, no obstante de ser entusiasta promotor de los 30 puntos, se muestra vacilante sobre el número 25, que demanda crear un cuarto nivel de gobierno, el comunitario, como fue planteado por los acuerdos de San Andrés Larráinzar. Cabe recordar que Felipe Calderón, como líder de los diputados del PAN, fue quien encabezó la rebelión en la Cámara de Diputados contra la pretensión de Vicente Fox de avanzar en tal sentido en los primeros momentos de su Presidencia. Ahora los seguidores de Calderón lo exigen.

Es sano para el debate nacional que senadores del PAN y del PRD presenten propuestas de reforma política. Lo que también queda claro es que el calderonismo se representa a sí mismo, para ellos no hay partido que no sea el que se someta a ellos; en su afán de oponerse y echar a Gustavo Madero no son congruentes ni con ellos mismos.

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