Dicen que el agua y el fuego no se llevan, pero irónicamente los pescadores yucatecos utilizan las llamas para destruir lanchas en protesta por inconformidades relacionadas con la captura de pepino de mar, que, por cierto, en la más reciente temporada lo poco que se sabe es que el precio del kilo fue regateado.

Dzilam de Bravo y recientemente Celestún son ejemplos de los escenarios donde los pescadores han recurrido a estas medidas, primero, para presionar a las autoridades en la búsqueda de obtener permisos para la captura y luego para que intervengan ante la pesca furtiva de la preciada especie en momentos en los que con base en el formalismo hay una veda establecida.

La semana pasada decenas de mujeres de Celestún se apropiaron de dos lanchas y las quemaron frente a la alcaldía en repudio a la pesca clandestina.

Las amas de casa y pescadoras integrantes del Comité de Defensa Náutico y Pesquero actuaron al descubrir embarcaciones cargadas con equipo para capturar pepino de mar, arrastraron las lanchas hasta el centro de la cabecera municipal, con la ayuda de varios pescadores, rociaron gasolina y les prendieron fuego.

¿Y la Conapesca? Dicen que está de vacaciones, después de tantas horas de “trabajo” durante las tres semanas de la temporada de captura que concluyó el 15 de mayo.

Uno de los operativos que pueden ser visibles en la zona costera de Yucatán es el de los marinos, incluso por tierra, sin embargo, de acuerdo con los pescadores hace falta redoblar esta estrategia para garantizar que la veda indefinida se respete. La captura de pepino de mar se ha posicionado por encima de cualquier otro asunto relacionado con el sector pesquero, por los efectos económicos que deja, aunque a los pescadores les regateen el precio.

No hay que olvidar que hay un reglamento que prohíbe la práctica, por lo que las autoridades relacionadas con este sector deben garantizar que se cumpla, continuar con los operativos, garantizar la coordinación con las corporaciones de seguridad, entre otras estrategias.

La agenda de la semana

Este viernes 7 de junio es el Día de la Libertad de Expresión, por lo que es un buen momento para reflexionar sobre la importancia de garantizar esta materia.