El PRD se desangra y colapsa

El reciente gancho al hígado que asimiló el PRD en los comicios federales del pasado siete de junio fueron el anticipo de una avalancha de deserciones que enfrentó el partido esta semana...

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El reciente gancho al hígado que asimiló el PRD en los comicios federales del pasado siete de junio fueron el anticipo de una avalancha de deserciones que enfrentó el partido esta semana, siendo lo más impactante la renuncia de Julián Ricalde Magaña (ex alcalde de Benito Juárez) y su alfil Jorge Aguilar Osorio, único diputado local de este partido que se desinfla como maltratado globo de feria, aguardando noticias peores.

Julián Ricalde no reclama democracia, sino la falta de espacio para instalarse en el partido que controló  a su antojo con la magia presupuestal del Ayuntamiento cancunense, cuyas riendas entregó en 2013 al priista Paul Carrillo de Cáceres.

Como el ex presidente Felipe Calderón en el PAN, Julián Ricalde reclamó territorio en un partido que tiene enorme atractivo porque se avecina la fiesta grande en la que serán disputadas la gubernatura, 10 presidencias municipales y el control del Poder Legislativo.

Si Julián Ricalde no lograba arrebatarle la presa al dirigente estatal Emiliano Ramos Hernández, entonces organizaría su equipaje para zarpar en la búsqueda de horizontes más suculentos. Era cuestión de tiempo para que tomase la decisión, arrastrando en la aventura a uno de sus allegados como lo es el empresario cancunense Jorge Aguilar Osorio, quien tampoco ha tenido un desempeño notable como diputado local, siguiendo los pasos de “Lady Senadora” Luz María Beristain Navarrete.

El PRD queda más debilitado porque un puñado de perredistas abandono el barco esta semana, dejando muy lastimado a un partido que ha concentrado todas sus energías en Cancún para aprovechar el voto anti PRI, no siempre confiable.

Ante un desafío electoral más complejo, con la gubernatura como presa sobresaliente, el PRD se planta como una franquicia venida a menos, ya que Morena demostró en el pasado proceso del siete de junio que cuenta con un respetable poderío, gracias a la figura del radicalmente efectivo Andrés Manuel López Obrador.

El escenario es óptimo para Morena en Quintana Roo, pero sus principales figuras deben aportar fuerza propia para no depender por completo de López Obrador, quien como candidato presidencial ha triunfado en dos ocasiones en la entidad, demostrando que su poderío es letal.

Carta de Francisco Rosado May

El Doctor Francisco Javier Rosado May me envió un correo electrónico que publico con su autorización. Él fue destacadísimo Rector de la Universidad de Quintana Roo (UQROO), y apenas en febrero pasado concluyó su período como Rector de la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo (IUMQROO):

“No solamente para la UQRoo sino que para todas las Universidades e instituciones de educación superior, se requiere el perfil de una persona que sepa cómo gestionar, que pueda acercarse a personalidades de diferentes niveles tanto en el ámbito académico como administrativo (estatal y federal) y en el ámbito político. Este perfil debe tener dos complementos muy importantes. Por un lado que tenga la confianza de las autoridades estatales y por otro lado que pueda tener la apertura de comunicación y cierto nivel de confianza por parte de la comunidad universitaria. Por supuesto que se da por descontado que la persona tenga valores firmes, respeto, pueda asumir responsabilidades con transparencia y rendición de cuentas (especialmente a la luz de todo el asunto de corrupción que está siendo atendido ahora fuertemente)

En mi caso, sé que hay algunas personas han mencionando la posibilidad que concurse para la UQRoo pero, si bien no tengo alguna limitante legal o de edad, tengo un compromiso ineludible. La Dra. Bárbara Rogoff, profesora de la Universidad de California, Santa Cruz, me invitó a trabajar con ella a partir del semestre que viene. Bárbara es la persona de más alto reconocimiento internacional en materia de psicología cognitiva. Ella, con su disciplina, estableció las bases científicas psicológicas, para desarrollar la educación intercultural. 

Una vez que se supo que yo ya había terminado mi gestión rectoral, y con las credenciales de formación y logros de la UIMQRoo, Bárbara va a aprovechar toda esa experiencia y yo voy  a abrevar de sus conocimientos para seguir avanzando en este rollo.

Cuando dejé la UQRoo, estaba posicionada como una de las tres únicas universidades en el país con el 100% de sus programas educativos en el más alto nivel de calidad y la única con el 100% de certificación ISO 9000. No sé cómo esté ahora, pero esas credenciales fueron muy útiles para gestionar recursos.

Dejé la UIMQRoo con el 100% de programas educativos evaluables, también en el nivel más alto de calidad, con base en evaluación de los CIEES. Alcanzamos y mantuvimos desde la primera generación el 100% de titulación. Trabajamos en más de 150 comunidades indígenas. Más o menos el 85% de los estudiantes eran los primeros en sus familias en alcanzar una licenciatura. Nuestros egresados alcanzaron hasta el 90% de empleabilidad (lo que dice que el modelo funciona). Tenemos el primer lugar a nivel nacional en porcentaje de egresados que continuaron su posgrado y el porcentaje más alto de intercambio internacional con financiamiento externo. El 100% de los profesores ingresaron por concurso de oposición, cuyo comité estuvo integrado por académicos internos, externos, estudiantes y miembros de la comunidad morelense. 

La verdad, en ambos casos, UQROO y UIMQROO, las credenciales que respaldan los logros son muy valoradas incluso a nivel internacional. Por ello es que recibí la invitación de la Universidad de California. En academia uno debe mantener continuamente la formación y actualización.

Esos puntos de referencia seguramente pueden preocupar a las personas que me sucedieron en los cargos, la historia dirá si su actuación mejoró o no a la institución”, concluye Rosado May.

El perfil del Doctor Francisco Rosado May es el que necesita con urgencia la UQROO, para que sea rescatado el proyecto hecho posible por el gobernador Miguel Borge Martín, quien tuvo un acierto histórico al promover con ahínco la fundación de esta casa de estudios, superando voces en contra que estaban ancladas en el pantano del conformismo enfermizo.

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