Desde esta humilde atalaya ofrezco disculpas a Martín Esparza y sus muchachos del SME, a los que de manera artera e insensible critiqué por mantener su plantón acá en Bucareli. Ahora que se han ido, esta zona es un caos peor que la selección nacional de Chepo de la Torre, Necio de María y González Iñárritu.

Será interesante ver dónde se esconden todos estos personajes cuando el Tri no llegue al Mundial; según yo se van a tener que meter en los mismos escondrijos donde se guarda Mr. Snowden, el hombre que ha puesto en peligro la doctrina Monroe, según Obama.

No sé ustedes, pero a mí me hace sentir seguro de que siempre habrá alguien te espíe, que te escuche, que siga tus pasos, tu caminar y que en el momento de una desaparición forzosa, sepa tu paradero. En un mundo sobre poblado donde te puedes sentir solo, es bueno tener la certeza de que tú a alguien le importas.

Como quiera que sea, es urgente que retornen por esta su casa los electricistas, pues todo esto se ha vuelto un triste espectáculo del desastre vehicular que se desató justo cuando levantaron los electricistas su bloqueo. Tan así, que ya extraño más que antes su ausencia, y les pido de la manera más atengan que regresen. 

Hasta que vuelvan, que nadie pise su recuerdo. Mucho menos las batallas entre el cuerpo legislativo que se va de vacaciones —los senadores que trabajan menos que la defensa de los ratones verdes, y los diputados que a regañadientes tendrán que aventarse un periodo extraordinario para sacar todas las reformas que trae entre manos Peña Nieto—; o los dichos de Gustavo Madero que, luego de sus victorias pírricas cree que ganó la Champions cuando con trabajos pasó a la final del torneo de los barrios; o los melodramas rancheros del PREP en Baja California, que hace ver a la Femexfut como una eficiente empresa de campeones.

Si volvieron el circo tricolor de mapaches amaestrados, sin duda pueden volver a tomar las calles nuevamente de lo que fue el Palacio de Covián inmarcesible. 

Digo, no sean gachos. Si hasta regresó Luis Carlos Ugalde a decirnos algo que no sabíamos —que la democracia mexicana tiene vicios— ahora que los vemos convertido en oráculo del devenir electoral. En esa lógica, el ex presidente de la nueva banda TimbirIFE fue uno de sus dealers más avezados. 

Se ha de haber metido de la mota transgénica de Fox. Nomás falta que al igual que Madero quiera desaparecer como Greta Garbo.