El problema de la informalidad
Apenas en el primer trimestre, según la Coparmex, la economía informal en Yucatán creció en dos puntos porcentuales.
La semana pasada comenté que la desaparición del Régimen de Pequeños Contribuyentes o Repecos fomentaría el incremento de la economía informal o desalentaría su actividad productiva debido a la dificultad que representa para estos microempresarios el costo de cumplir con las disposiciones de la incorporación fiscal ahora exigidas por la Secretaría de Hacienda.
Apenas en el primer trimestre, según la Coparmex, la economía informal en Yucatán creció en dos puntos porcentuales, pasando de 62 a 64 por ciento con respecto al mismo periodo del año pasado, señalando como causa de este incremento la desaparición de los Repecos.
La dificultad para conseguir empleo y la necesidad de llevar el sustento familiar induce a las personas a crear pequeños negocios que les permitan allegarse los recursos necesarios para cubrir sus necesidades económicas.
En apoyo a esta necesidad, el gobierno ha creado diversos programas sociales para fomentar, estimular y desarrollar micronegocios y actividades productivas enfocadas a mejorar la calidad de vida de una gran cantidad de familias. Estos programas sociales cubren una necesidad real ante la falta de empleos formales suficientes para cubrir la demanda. Para acceder a los recursos de estos programas, los beneficiarios deben presentar como requisito indispensable su alta en Hacienda como contribuyentes.
El problema se presenta cuando los beneficiarios se enfrentan a una miscelánea fiscal que se olvidó de ellos a la hora de establecer sus disposiciones y aunque se den de alta, lo más probable es que no podrán cumplir sus obligaciones fiscales por lo costoso y complejo que para ellos resultan.
El gobierno debe atender con urgencia este problema y restablecer o crear un nuevo régimen simplificado para este tipo de contribuyentes porque, de no ser así, hay el riesgo de seguir incrementado la economía informal y la ilegalidad, y los programas sociales destinados al fomento de los micronegocios estarían contribuyendo a alentar la informalidad.