El problema de la seguridad pública
El problema de la seguridad pública, en nuestro país, es la corrupción.
El problema de la seguridad pública, en nuestro país, es la corrupción. La corrupción se manifiesta desde el individuo, desde un agente de la policía, cuyos individuos no tienen mecanismos de evaluación eficientes. ¨Hay tolerancia hacia sus conductas delictivas¨.
Hay un consenso de que el mayor de los fantasmas que recorre el país en este final de siglo, es el de la corrupción.
La corrupción no tiene especificaciones de tiempo o lugar. Ella es intemporal, que si bien es un problema de los individuos que muestran conductas ilícitas es también resultado de una sociedad que funciona con un sistema que no es el apropiado.
Las medidas anticorrupción, en consecuencia, no pueden tener lugar en el vacío social y político. Más bien la estructura social y política, que define el grado de conflictividad y de porosidad hacia los valores, va a condicionar los alcances de esas medidas.
En el caso de Seguridad Pública, se ha caracterizado por observar considerables actos de corruptelas, se debe dar a conocer un plan que comprenda acciones que debe emprender Seguridad Pública para combatir la corrupción, la instalación de un sistema de quejas y denuncias; ventanillas únicas de servicios; mecanismos de control con tecnología de punta como cámaras de vídeo en las patrullas; sistemas de estímulos para los elementos de la corporación.
La lucha contra la corrupción no es una tarea individual, más bien es un reto que asumen las instituciones civiles y públicas.
La falta de seguridad es el problema más importante de México. Esto, sumado a la corrupción que permea por casi todos los niveles de autoridad, impide el desarrollo del país.
En primer término, debemos reconocer lo difícil que ha sido encontrar una definición pertinente sobre el concepto de corrupción. La literatura especializada señala cinco características. Primera, la corrupción es la acción de alterar o trastocar alguna actividad para buscar un fin individual y no uno colectivo. Segunda, se trata de un asunto de dos partes, un operante de corrupción y un demandante. Tercera, deteriora un bien público en beneficio de un particular negándole el derecho a la sociedad. Cuarta, implica una desviación de las normas establecidas. Quinta, en un acto de corrupción hay siempre un agente poderoso y uno débil.
No existe en el mapa nacional de la corrupción un color partidista. Es decir, las entidades con mayor o menor corrupción no están relacionadas al gobierno de un partido, sino que más bien se trata de un fenómeno nacional.
Los 6 retos en materia de corrupción
1. Prevenir y abatir cualquier tipo de práctica de corrupción e impunidad.
2. Impulsar permanentemente la exigencia de eficiencia en la administración pública y hacer conciencia de que la corrupción no es asunto exclusivo de los servidores públicos.
3. Controlar y detener las prácticas de corrupción.
4. Sancionar, de manera ejemplar, cualquier práctica de corrupción.
5. Impulsar la transparencia de la administración pública en todos los niveles y con una mayor participación ciudadana.
6. Cuidar el patrimonio de nuestro país.