El reino de la impunidad

En cinco años la deuda pública pasó de 300 a más de 2,000 millones de pesos y nunca se aclaró el destino de los créditos recibidos.

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Uno de los gobiernos más cuestionados por los ciudadanos ha sido sin duda el que encabezó Ivonne Ortega Pacheco. El desorden, el desvío de recursos, el dispendio, la opacidad, los excesos y la corrupción fueron su distintivo. Vimos tráfico de terrenos, enriquecimiento inexplicable y descarado de funcionarios y familiares de la gobernante, quienes, en los cinco años que duró su administración, amasaron enormes fortunas y propiedades.

Es de todos conocido que un buen número de empresarios pequeños y medianos que brindaron servicios al gobierno quebraron por la falta del pago de sus servicios. Una gran cantidad de recursos federales destinados al Estado se perdieron debido a la falta de pago de los “paripasos” (porcentaje de recursos que los gobiernos estatales deben aportar para que el Gobierno Federal entregue el dinero restante para una obra o programa).

En cinco años la deuda pública pasó de 300 a más de 2,000 millones de pesos y nunca se aclaró el destino de los créditos recibidos.

Sumado a esta deuda, la falta de pago al Isstey duplicó el endeudamiento, agregando otros 2,000 millones a la ya abultada deuda.

Una administración que se caracterizó por primeras piedras y obras inconclusas, como el Palacio de la Civilización Maya en Yaxcabá y varios hospitales. Un tren bala como propuesta principal de su campaña que hasta el día de hoy, ocho años después, sigue como promesa.

La única obra visible que se concluyó fue el Museo Maya en Mérida, que se hizo con recursos privados, por lo que el Estado tiene que pagar 20 millones de pesos mensuales.

En cinco años, el gobierno encabezado por la señora Ortega Pacheco gastó más de 100 mil millones de pesos de presupuesto asignado, endeudó fuertemente al Estado y frenó el desarrollo de Yucatán.

A pesar de todo lo mencionado, el Congreso del Estado, con excepción de los diputados del PAN, ha aprobado por mayoría la cuenta pública de 2011 y está a punto de aprobar la de 2012. Podemos decir que en Yucatán reina la impunidad.
 

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