El 'riesgo de pensar'
Al ir por la “ancha carretera de la información”, nuestros sentimientos se encallecen, nuestro corazón se endurece y nuestra vida se empobrece. Ya no fabricamos ideas sino sólo almacenamos conocimientos.
Fernando Savater es autor de la frase “el riesgo de pensar”. La copio para los fines que a mis intereses correspondan.
Y mis intereses en ese sentido van hoy encaminados a señalar que cada vez menos asumimos ese “riesgo de pensar”. ¿Por qué?, no lo sé a ciencia cierta, pero aventuro alguna hipótesis: la rapidez y la inmediatez que marcan la vida hoy día clausuran la posibilidad de detenernos un rato en la cuneta a analizar los acontecimientos y sacar conclusiones.
Vamos por la “ancha carretera de la información”, como ahora se le llama, a mil por hora. Sucesos que antes tardaban días y a veces semanas o meses en llegar a nuestras vidas hoy lo hacen con la rapidez de lo presente –aun los que ocurren a cientos de miles de kilómetros de nosotros- y tan pronto llegan son sustituidos por el que viene y así en una carrera apabullante. No tenemos tiempo de pararnos a meditar, pasarlos por el tamiz de la inteligencia, “arriesgarnos a pensar”.
En el trayecto, nuestros sentimientos se encallecen, nuestro corazón se endurece y nuestra vida se empobrece.
En la cabeza ya no fabricamos ideas sino sólo almacenamos conocimientos que van llenándola como a una bodega en desorden.
No es que me esté poniendo negativo, pero creo que ya es hora de pararnos un rato a pensar, pasar por el tamiz de nuestra inteligencia y nuestro corazón los sucesos y sosegar un poco el tranco: arriesgarnos a pensar.