El termómetro y la medicina

Se trata de esta idea de que si Elba Esther Gordillo se va, se muere, renuncia, la meten a la cárcel o algo similar.

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En los últimos años, se ha ido construyendo una narrativa en relación a nuestro desastre educativo que podría resultar, en unos años, en un fiasco.

Se trata de esta idea de que si Elba Esther Gordillo se va, se muere, renuncia, la meten a la cárcel o algo similar, el mayor obstáculo al problema educativo mexicano se habrá superado y todo andará mucho mejor. Esta narrativa es acompañada de un par de historias subordinadas: la primerísima: que uno de los más importantes problemas de nuestra educación es que no evaluamos a los maestros.

La iniciativa de reforma anunciada por el Presidente se refiere a ambos asuntos. El tercero —y el más interesante—de lo dicho por Peña Nieto tiene que ver con la expansión de las escuelas de tiempo completo, que está en veremos, ya que, según el propio Pacto por México, depende de que haya una reforma hacendaria que será discutida hasta el próximo año.

Para tener una idea del tamaño de nuestro problema, hay que revisar la tabla contenida en el documento de la UNAM: Plan Educativo Nacional.

A estos 31 millones de mexicanos en rezago habrá que agregar los resultados de PISA, que dicen que de aquellos que sí salen de secundaria, la mayoría lo hace sin tener los conocimientos que le permitan comprender lo que lee o hacer operaciones matemáticas elementales.

Si alguien cree que tal catástrofe fue creada, o se arregla, solo en relación con lo que haga o deje de hacer la maestra Gordillo, pues, buena suerte.

La reforma propuesta por el presidente Peña Nieto es apenas el comienzo de un camino que será largo, muy largo. Retomar la relación entre el Estado y los maestros sin la mediación sindical es un enorme acierto; pero las complicaciones vendrán ahora que los métodos de selección y promoción de maestros tengan que hacerse compatibles con el contrato colectivo.

La iniciativa construye un buen termómetro, pero no cura. No es medicina.

Lo que realmente importa no es la evaluación, sino sus consecuencias. ¿Qué hacemos cuando nos damos cuenta de que un maestro no tiene los conocimientos o habilidades para estar frente a un grupo? Sin un sistema de capacitación permanente, sin capacidad de sustituir —temporal o permanentemente— a ese maestro, los alumnos se quedarán en las mismas.

En el más exitoso de los sistemas educativos de las últimas décadas, el finlandés, no hay ninguna evaluación docente formal. Los maestros reciben retroalimentación de su director y del personal de la escuela misma. Eso sí, no se puede ser maestro en Finlandia sin una maestría, los programas de capacitación son permanentes y obligatorios. Los maestros tienen una de las profesiones mejor pagadas; sus plazas, las más disputadas y de mayor prestigio. Por cierto, el magisterio finlandés está todo sindicalizado, y ese sindicato no es una perita en dulce.

Eso sí, como ya he escrito aquí en otras ocasiones, la gran reforma educativa finlandesa de hace unas décadas se fundó en el “acuerdo político para educar a todos los niños juntos, en un sistema educativo común; la expectativa de que todos los alumnos pueden alcanzar niveles de excelencia más allá de su origen familiar, regional o socioeconómico”. Repito: en Finlandia no hay escuelas privadas. La equidad, en el centro de la fórmula de calidad.

Me dirán que es una tontería mirar hasta Finlandia, pero el principio de equidad está presente en todos los sistemas educativos exitosos. Ante esta realidad ¿por qué, por ejemplo, no se revisó en esta Ley de Ingresos la decisión calderonista de incentivar, mediante subsidio fiscal, el crecimiento de la educación privada?

Cualquier reforma educativa que pretenda ir a fondo tendrá que meterse a fondo con el currículo, con los problemas que ha traído la mal ejecutada federalización, la enorme desigualdad entre las escuelas de estados pobres y las de entidades más ricas. Habrá de revisar el sistema de normales y su actual deterioro.

El atraso educativo en el país es enorme, son décadas de malas decisiones, abandono, corrupción. Enderezar ese barco es cosa de muchos años.

Que nadie crea que una iniciativa lo arregla. Ni una Maestra. Ni una evaluación. Ni un censo…

Twitter: @puigcarlos

Para ver el gráfico del rezago favor de pasar a la siguiente dirección:

http://www.milenio.com/media/623/fb9cd89424f92918c5866f88daa4f623.jpg

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