'El tiempo para mí es…'

Niños, adolescentes y jóvenes veinteañeros sienten que las horas y los días caminan a un ritmo más lento, mientras los adultos mayores el tiempo corre rápido.

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Dicen los estudiosos que para los adultos la percepción del tiempo es más rápida, sentimos que hace una semana cortamos la rosca de reyes, que ayer entró la primavera, que pasado mañana ya es Navidad, en fin, todo pasa con más velocidad.

Los expertos explican el fenómeno desde el punto de vista de la experiencia, es decir, los adultos a partir de la tercera década ya vivimos “primeras veces” significativas, por eso la fluidez del tiempo.

En cambio niños, adolescentes y jóvenes veinteañeros sienten que las horas y los días caminan a un ritmo más lento, casi desesperante, desean de pronto ser “grandes”, independientes, libres, pero todavía falta mucho tiempo.

Tomando en cuenta estas posiciones, queda un reto en el aire: ¿cómo aprovechar cada minuto para que la vida no se sienta como agua entre los dedos o un río contra corriente que no deja avanzar? 

Para los adultos es una invitación a la experimentación, la exploración de nuestras propias capacidades y aptitudes, un exhorto a vivir más “primeras veces” que enriquezcan la vida y el espíritu.

Para los más jóvenes, una ocasión de degustar su etapa, explotar sus habilidades, servirse del conocimiento del mundo, aprovechar los espacios formativos gratuitos o pagados, alimentarse de arte, cultura, con el fin de alcanzar una vida adulta que fluya a un ritmo equilibrado.

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