El Tri goleador de Peña Nieto

Más digno de atención es el mensaje de que luego de 365 días, el presidente sigue siendo capaz de robarse un par de horas.

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Hace dos viernes hablaba aquí de imágenes que trascienden el plano del registro, el ámbito del documento; de la fuerza expresiva de la foto de Felipe Calderón victorioso en el Fenway Park la noche en que se coronaron los Medias Rojas de Boston. Calderón un año después de dejar el poder.

Pues, bien, dos semanas más tarde aparece el presidente Peña Nieto con un quítate que ahí te voy. Pese a que millones estábamos enfurecidos con ese equipo prepotente, desdeñoso y cobarde a un tiempo, con ese Tri que sabía a desdicha, él había sido de una prudencia principesca con la calamitosa selección nacional, negación absoluta del futbol.

Lo notable de la fotografía producida por el gobierno mientras goleaban a Nueva Zelanda no es tanto la forma en que el Presidente se suma eufóricamente con esposa, jefe de Oficina y colaboradores a la anulación de una fatalidad que parecía imposible de sortear. Más digno de atención son los brazos en alto, los puños, el suéter, las botanas.

El mensaje de que luego de 365 días, él sigue siendo capaz de robarse un par de horas para gozar e impedir que se le embote el alma.

Y para recordarnos que la victoria no es relativa: es siempre una victoria. País de triunfadores, que ni que. 

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