El triunfo de las “valientes” autodefensas

La policía privada de la burguesía agrícola de Tierra Caliente ha sido legalizada.

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Ayer a la hora de la comida caminé por avenida Juárez rumbo al Centro Histórico y me topé con que estaba cerrada a la circulación de vehículos por una marcha de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Serían, a lo más, unos 500 y gritaban consignas sobre la educación, el neoliberalismo y más quejas sobre la reforma educativa.

Es un grupo evidentemente disminuido, derrotado. Nada que ver con aquellos que hace unos meses tomaron el Zócalo y fueron echados por la policía, primero del Zócalo y después desalojados del Monumento a la Revolución. En sus consignas se sienten abandonados por el Estado, indefensos ante el abuso de otros.

Al mismo tiempo que yo caminaba rumbo a mi cita y los maestros de la coordinadora hacia Paseo de la Reforma para seguir con su inútil queja, en Michoacán los gobiernos federal y estatal firmaban un acuerdo con grupos de variada y dudosa procedencia que en los últimos meses habían decidido protestar porque el Estado les había abandonado, haciendo rondines por carreteras, armados hasta los dientes, estableciendo retenes arbitrarios, desplazando policías y autoridades electas. “Valientes”, les llamó el comisionado Castillo ayer. 

A esos quejosos, el gobierno federal y el gobierno estatal les ofrecieron chamba. Chamba con todo y arma y autoridad. Unos en el Cuerpo de Defensa Rural (CDR) y otros de policías municipales. Nada mal para un lunes.  
Viendo a los maestros, me preguntaba si no ahora cualquiera puede creer que ese —el michoacano— es el camino para hacerse de autoridad. El fundamento del arreglo democrático es la elección pública de nuestras autoridades. No en Michoacán, según se ve. 

La policía privada de la burguesía agrícola de Tierra Caliente ha sido legalizada. 

Al rato, a los guaruras de Las Lomas e Interlomas les darán placa.

Ayer en MILENIO publicamos una conversación de mi compañera Liliana Padilla con un aguacatero de San Juan Nuevo Parangaricutiro que le contaba: “Los que eran antes templarios ahora son comunitarios, nomás se cambiaron el nombre. El jefe de plaza (de este pueblo) no era tan cargado (abusivo) como en otros lados. En otros lados había secuestros y muertos; aquí no había eso, casi no se vio, será porque era de aquí, pero ayer entró como comunitario”. Ahora serán CDR o policías. 

No vaya a ser que los maestros se den cuenta que equivocaron la estrategia. 

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