El verdadero plan 2020

El Oxford Institute for Energy Studies, afirma que “los retos políticos y financieros limitarán las inversiones extranjeras por lo menos hasta 2016 y cualquier impacto material en la producción se sentiría hasta 2020”.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

El primer impacto de la reforma energética se sentirá hasta 2020. Es el plazo más próximo que se avizora por el potencial de las inversiones en hidrocarburos. Así lo ve Global Market Institute de Goldman Sachs.

Según un estudio de Jeff Currie, director global de investigación en materias primas, “bajo una mezcla favorable de políticas públicas” la exploración y producción de energéticos (shale y aguas profundas) “tienen el potencial de empujar la economía de América del Norte, crear empleos y reducir emisiones de forma muy notoria durante la próxima década”.

En sus cálculos, el banco va muy en línea con el gobierno de Enrique Peña Nieto en cuanto al impacto en la economía mexicana. Si todo sale bien, por los efectos de las nuevas inversiones para exploración y producción de hidrocarburos, el PIB podría crecer de 1 a 1.5 % anual los próximos 10 años y se crearía un millón de empleos.

Mucho de este potencial en la producción de hidrocarburos no convencionales pasa por lo que se ve en EU, donde según estudio de la Harvard’s Kennedy School of Government, hay una revolución probada en aguas profundas y otra en ciernes, la del shale.

En estos dos escenarios, México tiene amplias expectativas: por lo menos 90 mil millones de barriles equivalentes (BOE). Para dimensionar, Pemex mantiene reservas totales de 13.5 mil millones BOE.

Para recuperar esa riqueza, Goldman Sachs afirma que se requiere un horizonte de inversiones a 40 años por 188 mil mdd en el Golfo y más de 650 mil mdd en las cinco regiones shale del país (de Chihuahua a Veracruz).

Jeff Currie advierte que dada la complejidad en las zonas donde están los yacimientos en aguas profundas y en shale (se requiere dinero y tiempo) “no anticipamos que haya una corrida visible de inversiones en bienes de capital antes de 2018-2020. De tal forma que las firmas energéticas y de servicios internacionales no mostrarán ningún resultado antes de este tiempo”.

No es el único que piensa así. Amrita Sen, del Oxford Institute for Energy Studies, afirma que “los retos políticos y financieros limitarán las inversiones extranjeras por lo menos hasta 2016 y cualquier impacto material en la producción se sentiría hasta 2020”.

Con elecciones en 2015, con barruntos de consulta soplando, y con el relevo presidencial en 2018, se antoja preguntar: ¿llegaremos a esa cita?

Lo más leído

skeleton





skeleton