De acuerdo a Jérome Seignon, director general de Moët Hennessy México, el mercado de vinos y licores, y particularmente el del champán, se está sofisticando: “Si bien los consumidores no consumen mucho más en cantidad, suelen consumir cada vez mejor en calidad”. Es una revelación. Ello explica que no solo en bebidas alcohólicas, sino en otros productos de lujo estemos atestiguando un aterrizaje constante de marcas globales de alto valor (Michael Kors abrió el día 13 una boutique en Antara).

Seignon es sumamente optimista del mercado mexicano. Su marca Moët & Chandon domina la categoría del champán: “2012 es un año de mucho crecimiento; con una locomotora que es Moët & Chandon, que crece en volumen en promedio, cada año, veinte por ciento. México es uno de los mercados más dinámicos a nivel internacional. El mercado de champán se ha multiplicado por cinco en los últimos diez años. La perspectiva es que tengamos un millón de botellas de champán consumidas cada año”.

No sé si alguien puede dudar, con estos datos, del fortalecimiento de la clase media mexicana; del desarrollo en tiempo real que estamos atestiguando.

Claro que LVMH no es la única que ha detectado la oportunidad. Este año es fundamental para Pernod Ricard México, la casa francesa global que aquí encabeza Cédric Retailleau, que despliega, desde finales del primer trimestre, una renovada estrategia para cuidar el valor de sus marcas y fortalecer la cadena de abasto de sus productos (Absolut, Chivas, Martell, Beefeater) hacia el punto de venta.

Este diciembre será la prueba de fuego de su renovada relación y mercadotecnia hacia el cliente, pero las bases están puestas para un despunte notorio. Hace tres semanas, esta empresa lanzó una aplicación de iPad fenomenal, llamada Connected, que ya fue bajada por medio millón de personas.

No es lo único. Diageo, la corporación británica que aquí encabeza Jaime Graña, recién refrendó su enfoque en mercados emergentes, comprando una empresa de India en más de 2 mil millones de dólares. Y William Grant & Sons va por lo propio, con su Glenfiddich que aparece ya por todos lados y su tequila Milagro, que rápidamente se intenta colocar en la batería de los taquilleros.