En Brasil, vales para la cultura; acá, nos vale la cultura

La presidenta Dilma Roussef dio luz verde al llamado vale cultural, un bono destinado a los trabajadores de bajos recursos para que vayan a espectáculos, exposiciones, cursos y hasta compren discos, libros, revistas y periódicos.

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Las comparaciones a veces revelan mucho de lo que quisiéramos ser y ocultan cosas que no queremos que vean los vecinos.

Es el caso de la cultura. Varios estudios, como el de Ernesto Piedras del Competitive Intelligence Unit (CIU), establecen que Brasil y México pertenecen a las grandes ligas en cuanto al valor de su producción cultural.
Según Piedras, autor de Cuánto vale la cultura en México, las actividades artísticas, hasta las cervezas que venden en los conciertos, acumulan una oferta que puede ser entre 7.5 y 8% del PIB, tanto en México como en Brasil.

Hasta ahí vamos bien: cada vez que pago un boleto para ir a un estreno, o para un concierto,  estoy enriqueciendo mi vida y al mismo tiempo poniendo un granito de arena para soportar y respaldar la economía cultural.

Por ello me enojó que a fines de 2012 se aprobara el presupuesto a acciones culturales con un recorte de casi 250 millones de pesos.

Para este año nos tenían preparado un susto: ponerle IVA a las entradas a espectáculos deportivos, cine, teatro y circo (¿qué valor agregado tendrá ver a un malabarista en el circo o a los Diablos Rojos fuera de su esfuerzo por dar un espectáculo de primera ante pocos espectadores en el Foro Sol?) Por fortuna la intentona de Hacienda no pasó, pero no hay que cantar victoria, pues no sabemos cómo venga
el paquete presupuestal para 2014.

Y mientras aquí regateamos unos cuantos pesos al hacer cultural, en Brasil, que genera una economía en este rubro similar a la mexicana, sucede lo contrario.

La presidenta Dilma Roussef dio luz verde al llamado vale cultural, un bono destinado a los trabajadores de bajos recursos para que vayan a espectáculos, exposiciones, cursos y hasta compren discos, libros, revistas y periódicos.

El vale es de 50 reales (23 dólares), y el gran artista y ex ministro de Cultura, Gilberto Gil, lo peleaba desde hace más de seis años.

Además del vale, hay un plan de incentivos para que empresas privadas se sumen a un proyecto de acercar la cultura a más brasileños con iniciativas de transporte y de alimentos a bajo costo.

Espero que, así como marcha la cosa, en el futuro no estemos mirando al sur con nostalgia y envidia, otra vez. 

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